Recomiendo ampliamente esta nota de Excélsior en la que se hacen los perfiles de los dos favoritos para obtener la candidatura de izquierda a la jefatura de gobierno del Distrito Federal, Alejandra Barrales y Miguel Ángel Mancera http://www.excelsior.com.mx/index.php?m=nota&id_nota=802656&seccion=gobierno-distrito-federal&cat=411.
Sintetizo lo publicado por Excélsior:
“René Bejarano y Dolores Padierna no le perdonan a Alejandra Barrales haberse deslindado de ellos”.
“Mancera y Barrales se conocieron en una época en que ambos atravesaban momentos emocionales, con divorcios paralelos. Con la cercanía que les daba el trabajo conjunto entre la Procuraduría local y la Asamblea Legislativa, la relación maduró hasta que se convirtieron en pareja entre 2008 y 2009”.
“Con el paso de los años y con proyectos de vida diferentes, decidieron separarse.
Dicen que son amigos, presumen respeto mutuo y evitan referirse por sus nombres en entrevistas. El próximo jueves alguno de los dos será electo como candidato del PRD, PT y Movimiento Ciudadano a la Jefatura de Gobierno”.
“Alejandra Barrales vivió su infancia en la colonia Tránsito de la Ciudad de México. Estudió en una escuela de monjas. Su padre conducía un autobús y su madre también trabajaba. Desde joven tuvo que hacerse cargo de sus hermanos”.
“A los 18 años ingresó a trabajar de aeromoza. Perdió su trabajo en una ocasión, pero intentó volver. En 1991 contendió por primera vez para dirigir la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación, participó como secretaria de prensa y llegó a dirigir ese sindicato”.
“Desde ese cargo fue detectada por Andrés Manuel López Obrador, quien la invitó por primera vez a afiliarse al PRD, pero se negó en primera instancia. Finalmente decidió registrarse y luego Bejarano le ofreció entrar a IDN”.
Barrales tuvo cercanía con Ebrard, quien la impulsó para ocupar la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa en 2009, “pero esa relación se enfrió cuando el jefe de Gobierno decidió apoyar abiertamente al secretario de Educación del DF, Mario Delgado, en la carrera por el gobierno capitalino”.
“Aficionada al deporte, reparte su tiempo en las mañanas entre el gimnasio de un hotel en el centro de la ciudad y la pista El Sope, en Chapultepec; participa en carreras, cuida su alimentación y gusta de vestir bien”.
Sobre Mancera, Excélsior dice:
Marcelo Ebrard se decidió a impulsarlo a buscar la candidatura de las izquierdas por el GDF “una vez que su primera opción, Mario Delgado, no pudo despuntar en las encuestas”.
“Miguel Ángel Mancera es un abogado egresado de la UNAM con especialidad en derecho penal por las universidades de Salamanca y Castilla-La Mancha, así como un Master por la Universidad de Barcelona, España.
Quiso ser médico pero al final prefirió el camino de las leyes.
Su acercamiento al servicio público se remonta a hace una década, cuando llega a invitación de Marcelo Ebrard a la Secretaría de Seguridad Pública como su asesor.
“Fue hasta 2006, cuando el ganador de la Medalla “Gabino Barreda” otorgada por la Facultad de Derecho de la UNAM, otra vez a invitación de Ebrard, se incorpora a la Subprocuraduría de Procesos con el entonces procurador Rodolfo Félix Cárdenas”.
“Él mismo se califica como un funcionario “técnico-operativo” más que político”.
“Miguel Ángel Mancera es alguien estimado por Marcelo Ebrard pero también por Andrés Manuel López Obrador, quien en 2006 vio con buenos ojos que su hijo José Ramón López Beltrán lo tuviera como padrino de tesis durante su graduación como Licenciado en Derecho por la Universidad de las Américas. Una vez cumplido el requisito escolar, el mayor de los hijos del candidato presidencial de las izquierdas fue invitado un año después por el entonces Subprocurador de Procesos Penales, Miguel Ángel Mancera para trabajar a su lado como subdirector de enlace administrativo”.
Mancera, un hombre afecto a la música pop y a la salsa; deportista y practicante de la disciplina israelí de defensa personal Krav Maga, “tiene buena relación con los representantes de diversos sectores de la sociedad pero también con las autoridades federales”.
“Mancera es padre de dos hijos de su segundo matrimonio, Miguel de 8 y Leo de 5 años de edad”.
“El oriundo del barrio de Tacuba y dueño junto con su familia de los ‘Bisquets Obregón’, también es padre de una niña que por diferencias personales con la madre, no se le permite llevar relación alguna”
Con dos divorcios encima, el trato de Mancera “con su principal adversaria en el PRD, Alejandra Barrales, pudiera ir más allá de la competencia entre compañeros, debido a la relación que sostuvieron en 2008 por poco más de un año y que según personas cercanas a la pareja concluyo en buenos términos”.
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martes, 17 de enero de 2012
jueves, 8 de septiembre de 2011
Rémora Larrazábal, Lastre Moreira, Estorbo Bejarano
He ahí los grandes pasivos en las contabilidades electorales de nuestros tres principales partidos políticos.
Leo en el diccionario de la Real Academia Española que rémora es “una cosa que detiene, embarga o suspende”.
Eso es, ni más ni menos, Fernando Larrazábal para el PAN. Porque, no hay duda, cuánto daña al PAN el presidente municipal de Monterrey, sobre todo debido a que, en mala hora, Felipe Calderón le pidió que coordinara, en Nuevo León, la precampaña presidencial del secretario de Hacienda, Ernesto Cordero.
Por lo anterior a los líderes de Acción Nacional les urge que Larrazábal deje su cargo. El cínico alcalde lo sabe, y no puede tener la menor duda de que, sin el apoyo de su partido, está perdido. Pero, provocando males mayores, insiste en recurrir a trucos baratos como el de una “consulta” para ver si logra, a última hora, salvar el pellejo.
Buena parte de la suerte electoral de Acción Nacional antes del arranque formal de los comicios presidenciales dependerá de la velocidad con que los albiazules se deshagan de esa rémora.
En el PRI, por su parte, si bien el escándalo de Larrazábal y el Casino Royale le ha quitado atención al gran lastre tricolor, Humberto Moreira, en cualquier momento resurgirá el escándalo financiero provocado por la enorme deuda que este exgobernador de Coahuila dejó y que pudo consolidar porque engañó por igual a la Secretaría de Hacienda, a las agencias calificadoras y a los bancos.
El actual presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional tendrá que renunciar si no quiere disminuir él mismo las posibilidades electorales de quien, con certeza, será el candidato presidencial del priismo, Enrique Peña Nieto. Porque, evidentemente, si es grave la corrupción del alcalde de Monterrey, lo realizado por Moreira hasta podría ser peor ya que comprometió, durante generaciones, el erario coahuilense, lo que hizo, insisto, con engaños, de mala fe, tramposamente.
El PRD también tiene a su estorbo, el poderosísimo líder social capitalino René Bejarano, del que dependen las movilizaciones masivas en la Ciudad de México.
Nadie en el perredismo se atreve a ir contra Bejarano, o contra su esposa, Dolores Padierna, porque son los que manejan, evidentemente con métodos poco democráticos, a los grupos populares que representan la principal reserva de votos de la izquierda mexicana.
Pero si Bejarano da algunos cientos de miles de sufragios en el Distrito Federal, quita muchos más a nivel nacional por causa de los videoescándalos de 2004 en los que a él se le descubrió recibiendo fuertes cantidades de dinero en efectivo de parte del impresentable empresario de origen argentino Carlos Ahumada.
Lo triste para el PRD es que si, por una parte, en el PAN ya están exigiendo la renuncia de Larrazábal, y si en el PRI no se dudará en echar a Moreira si este llega a convertirse en un obstáculo mayor para Peña Nieto, no hay nadie capaz en el perredismo de hacer a un lado a Bejarano quien no solo controla, a través de su esposa, la segunda posición más importante en el Partido de la Revolución Democrática, sino que está buscando quedarse, a través de Laura Velázquez, con el GDF.
lunes, 5 de septiembre de 2011
Entre Alejandra Barrales y Laura Velázquez
Digno de reconocimiento el esfuerzo de la diputada
Alejandra Barrales por posicionar su imagen. Ella quiere, y evidentemente
puede, llegar a la jefatura de gobierno del Distrito Federal postulada por la
coalición o alianza de partidos de izquierda, el PRD, el PT y Movimiento
Ciudadano (antes Convergencia).
En todas las encuestas publicadas ella está muy bien
posicionada. En algunas, entre los aspirantes de izquierda, solo la supera
Porfirio Muñoz Ledo, y en otras Carlos Navarrete, pero invariablemente ella
aparece entre las líderes.
Barrales no es la única mujer que busca la candidatura
izquierdista a la jefatura de gobierno del Distrito Federal. Hay otra,
Laura Velázquez, a la que promueve el grupo de René Bejarano y Dolores
Padierna. Pero hay dos diferencias entre Velázquez y Barrales: una, la
popularidad; la otra, el trabajo político.
Laura Velázquez está muy lejos de la aceptación que Alejandra
Barrales tiene entre los electores capitalinos. Y, además, Velázquez, si bien
colabora con Marcelo Ebrard Casaubón como su secretaria de Desarrollo
Económico, seguramente será vetada por el actual jefe de gobierno.
El hecho de que los jefes reales de Velázquez (Bejarano y
Padierna) estén tan en contra de Ebrard y tan a favor de Andrés Manuel López
Obrador, hace inviable la candidatura de la secretaria de Desarrollo Económico.
Barrales, con habilidad, ha sabido mantenerse cerca de
Ebrard y, al mismo tiempo, muy en el ánimo de López Obrador. Lo ha hecho tan
bien que nadie sabe a ciencia cierta a quién apoya ella para obtener la
candidatura presidencial de izquierda.
Es más, Barrales, gracias a que se ha mantenido leal tanto a Ebrard como a
AMLO podría ser un factor de unidad entre estos dos políticos que, si no
trabajan juntos, se van a hundir y van a hundir a la izquierda toda.
miércoles, 10 de agosto de 2011
Bejarano-Padierna, fuerza electoral de la izquierda en el DF
Hace un año, a un amigo le escuché decir: “Si en las calles del DF tiras una piedra, no le pegas a un perro callejero, sino a un aspirante a la jefatura de gobierno”. Pensé que eso era exagerado, pero que el juicio se quedó corto. Véanse si no los siguientes nombres.
No sé si una tal Laura Velázquez que ha pagado anuncios espectaculares en distintas calles del Distrito Federal sea la secretaria de Desarrollo Económico de la administración encabezada por Marcelo Ebrard Casaubón. Supongo que sí y, también, supongo que quiere ser candidata de izquierda a la jefatura de gobierno de la ciudad. Si lo que me dicen es cierto, que a ella la apoyan René Bejarano y Dolores Padierna, pues entonces la señora Velázquez tiene posibilidades de llegar, ya que la pareja Bejarano-Padierna es uno de los tres pilares electorales del PRD en la capital: los otros son, desde luego, el propio Ebrard y, el más importante, el movimiento de Andrés Manuel López Obrador.
¿A quién más apoyan Bejarano y Padierna? A Benito Mirón, secretario del Trabajo capitalino. Este hombre, con antecedentes como enlace con la guerrilla zapatista, ha trabajado más o menos con eficacia y con mucha seriedad, con tanta seriedad que no tiene popularidad. Tal vez, con los recursos de Bejarano-Padierna, pronto lo veremos anunciar su imagen en las calles. Tiene algunas, no muchas posibilidades de llegar, pero no por lo que el propio Mirón haya hecho, sino porque la familia Bejarano es de cuidado en tierras defeñas.
Contra lo que pudiera pensarse, no es claro, y tal vez no exista, el apoyo de Bejarano-Padierna a Martí Batres, secretario de Desarrollo Social del DF. Batres llegó a la política de la mano de Bejarano, pero luego quiso independizarse, crear su propio grupo y convertirse él mismo en un factor de poder en el Distrito Federal. Ha avanzado, pero todavía no lo suficiente. ¿Pertenece al grupo de Ebrard? No, de ninguna manera. De hecho, el actual jefe de gobierno lo veta. López Obrador lo ve con muy buenos ojos, pero creo que el líder de MORENA, necesitado de gente que le sume votos en los sectores conservadores, ve a Batres demasiado izquierdista y, tal vez, no lo apoyará en esta ocasión en sus aspiraciones de ser candidato.
Una sorpresa resulta para mí enterarme de que un lopezobradorista que no es izquierdista radical, sino que más bien se ubica en el centro de la geometría política, es muy bien visto y podría ser apoyado por René Bejarano y Dolores Padierna. Me refiero a Alfonso Durazo, quien fuera secretario particular de Luis Donaldo Colosio y de Vicente Fox (renunció al gobierno foxista denunciando la corrupción de Fox y la señora Marta). Durazo, desde hace unos 20 años, cuando ocupó cargos en el gobierno del Distrito Federal, por la vía de negociar con Bejarano y Padierna, sobre todo vivienda en la etapa de reconstrucción después del sismo de 1985, estableció una muy buena relación con la poderosa pareja y no sería nada raro que la familia Bejarano lo apoyara. Durazo obviamente cuenta con todo el apoyo de AMLO, aunque tal vez lo vete Ebrard, ya que Marcelo (cuando era subordinado de Camacho) peleó fuertemente con la gente que rodeaba a Colosio, y no han cerrado las heridas de 1994.
René Bejarano y Dolores Padiera no ven del todo mal a uno de los favoritos de Marcelo Ebrard para la jefatura de gobierno, Alejandro Rojas Díaz-Durán, secretario de Turismo del DF, quien tiene una carrera política local en el Distrito Federal que lo ha llevado a pactar alianzas con todos los grupos que en la ciudad operan. Como Laura Velázquez, el señor Rojas ha inundado la ciudad con enormes mantas colgadas en los edificios en las que promueve su imagen. En las encuestas que se publiquen en noviembre se verá si su estrategia publicitaria le funcionó. López Obrador ni veta ni apoya a Rojas, ni todo lo contrario. Rojas llegará tan lejos como lo determine la capacidad política de Ebrard.
Al que de plano no apoyan Bejarano y Padierna es al que ha sido, y tal vez ya no sea, al aspirante que más ha apoyado Ebrard: Mario Delgado, secretario de Educación en el DF, quien simplemente no avanza en las encuestas. El señor Delgado no es un mal funcionario, pero la popularidad no se le da.
Solo si Andrés Manuel López Obrador lo pidiera, y tal vez podría pedirlo, la pareja Bejarano-Padierna apoyaría a gente como el senador Ricardo Monreal, el diputado Porfirio Muñoz Ledo y el exrector de la UNAM Juan Ramón de la Fuente, tres políticos con prestigio que poca trabajo han hecho en las bases de la izquierda capitalina. Ambos son dos muy buenas opciones que, si las cosas se complicaran, podrían llegar a ser elegidos en una negociación AMLO-Ebrard.
Bejarano y Padierna no están en malos términos con Alejandra Barrales, pero si esta diputada local quiere ser seriamente tomada en cuenta por esa pareja como su candidata a la jefatura de gobierno del Distrito Federal tendrá que ser menos ambigua a la hora de decidir a quién apoyará como candidato presidencial de izquierda. Barrales ha dicho que apoya tanto a AMLO como a Ebrard, pero eso no es posible. Bejarano y Padierna, que apuestan abiertamente a favor de López Obrador, le exigirán que se defina, y harán bien.
Al que de plano nunca apoyarán René Bejarano y Dolores Padierna es al senador Carlos Navarrete, uno de los principales “chuchos” del PRD. Lo detestan. Navarrete tiene muy pocas posibilidades ya que, por otra parte, Ebrard lo apoya pero solo porque ha realizado un acuerdo político con los chuchos que en cualquier momento podría romperse, y porque además, lo que es suficiente para sentenciar su suerte, está vetado por López Obrador.
¿Y el diputado Gerardo Fernández Noroña? Nadie, excepto sus seguidores en Twitter, lo ven como candidato a la jefatura de gobierno del Distrito Federal. Por lo tanto, no creo que Bejarano y Padierna lo estén considerando, ni Ebrard tampoco ni, mucho menos, López Obrador: los dos aspirantes presidenciales de izquierda buscan rodearse de gente aceptada en las clases media y alta, en las que tanto se les rechaza, y el controvertido diputado ahí nomás no ayuda.
¿Y Manuel Camacho Solís? Quiere y legalmente puede ser jefe de gobierno. Ebrard lo apoya, AMLO o veta y la pareja Bejarano-Padierna no quiere saber nada de él. Se quedará con las ganas el señor Camacho. No será la primera vez.
domingo, 3 de abril de 2011
Otra vez AMLO derrota a Ebrard
“La resurrección de AMLO, el Ocaso de Ebrard”. Me despierto y leo este análisis del encuestador Federico Berrueto en Milenio. Al margen de lo que se piense de su trabajo estadístico, que no es ciertamente el mejor, creo que esta vez Berrueto ha dicho la verdad: Andrés Manuel López Obrador, en la arena del Estado de México, ha derrotado, y con facilidad, a Marcelo Ebrard Casaubón. Y, bueno, AMLO no solo venció al jefe de gobierno capitalino: también a Manuel Camacho, a los chuchos (Jesús Ortega y Jesús Zambrano) y a Felipe Calderón.
Dice Berrueto: “En poco más de una semana se aclaró la política nacional. La obsesión por la alianza en el Estado de México ya tiene lista de derrotados: el presidente Calderón, Marcelo Ebrard, Los Chuchos, el ‘mejor imposible’ Gustavo Madero y los ‘cívicos’ antipriistas”. Y dice más el encuestador: “Todos subestimaron a López Obrador y a los suyos”.
Ciertamente, como bien dice Berrueto, “lo peor del saldo es para Ebrard, no sólo pierde posición para alcanzar la candidatura presidencial de la izquierda, sino que será difícil que pueda influir en la de la jefatura de Gobierno del DF, la joya de la corona del PRD. No era poco lo que ya tenía: pacto con la dirigencia del PRD, el favor del presidente Calderón, el apoyo discreto del PAN, entendimiento con la élite nacional, acuerdo con lo más relevante de los medios y aliados en los estados ganados por la alianza, incluido Guerrero. López Obrador, con mucho menos, pero con la integridad de que carece Ebrard, se impuso. Más vale un puñado de leales, que un montón de incompetentes convenencieros, lección que han propinado Alejandro Encinas y Dolores Padierna”.
Solo en algo no estoy de acuerdo con Federico Berrueto: con la mitad del título de su artículo. Porque es inadecuado hablar de “La resurrección de AMLO…”. No hay tal.
Berrueto, al hablar de “resurrección” le da la razón a una mentira tantas veces repetida, desde septiembre de 2006, por los medios de comunicación afines al gobierno federal: que López Obrador y su movimiento habían perdido tanta fuerza que estaban no solo derrotados, sino desaparecidos.
Nunca ha sido así. Más allá de si con lo que tiene le alcanza o no a López Obrador para ganar la presidencia de la república en 2012 (es una cálculo en el que ahora no quiero entrar), lo cierto es que Andrés Manuel y los suyos en ningún momento han dejado de trabajar en cada pueblo de México organizando, sembrando, dialogando con la gente. A veces en mítines de decenas de miles de personas, a veces en reuniones de unos cuantos. Pero no han dejado de hacerlo. Para organizarse bien a veces recurrieron a la discreción, y por eso dejaron de aparecer en los medios durante períodos prolongados. Pero no estaban muertos, sino trabajando. Y el trabajo siempre es redituable.
Hoy lo prueba López Obrador al derrotar una vez más, sin presupuesto para publicidad, a un gobernante que ha gastado en imagen tanto como Enrique Peña Nieto, pero al que su inversión no le ha resultado rentable.
¿Por qué a Ebrard la publicidad excesiva no le ha resultado benéfica y a Peña Nieto sí? Tal vez porque a Ebrard, a diferencia de Peña Nieto, le ha faltado humildad para someterse al guión escrito por un estratega mayor.
Ebrard no ha aceptado seguir ningún plan impuesto por gente que sí sabe porque, arrogante, cree ser el mayor experto en esa y en todas las materias políticas. Hoy se prueba que no es así. Peña Nieto, en cambio, ha sido lo suficientemente listo como para dejarse plenamente conducir por la habilidad superior del más grande fabricante de estrellas que hay en México: Televisa.
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