Dice la columna “Templo mayor” de El Universal de este domingo que el jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubón, “leyó la cartilla” a su gabinete.
Ebrard ordenó a sus colaboradores no meterse para nada en el proceso de selección del candidato de izquierda a sucederlo. No quiere que se le vea con favoritismo hacia ninguno de los aspirantes.
Específicamente pidió a sus subalternos no mandar mensajes vía Twitter para apoyar a los precandidatos. Se trata de algo muy importante, dijo Ebrard, “y no voy a permitir que nadie lo ponga en riesgo”.
Entiendo la molestia de Marcelo Ebrard. Ya que uno de sus secretarios, el de Turismo, Alejandro Rojas Díaz Durán, @rojascm, dijo en su cuenta de Twitter que él apoya a Miguel Ángel Mancera para ser candidato a la jefatura de gobierno ya que es un político “marcelista” que en 2018 hará “fórmula” con Ebrard.
Textualmente, Rojas dijo en Twitter: “
No me registro a la candidatura al GDF. Apoyo a Mancera un "Marcelista" que garantiza el éxito de MEC en el 2018. Gracias”.
Ese tuit el secretario Rojas lo mandó decenas de veces dirigido a toda clase de tuiteros.
¿Qué pretendía Rojas con eso?
Si quería agradar a su jefe Ebrard, lo molestó, tanto que el actual jefe de gobierno tuvo que salir a pedir a todos sus colaboradores que se abstengan de hacer lo que hizo Alejandro Rojas.
Si Rojas quería quedar bien con Mancera, quedó mal con el ex procurador capitalino que no necesitaba registrar este domingo su precandidatura con el estigma de ser el candidato oficial.
Lo que sí consiguió Alejandro Rojas Díaz Durán es comprometer su futuro político, ya que si gana Alejandra Barrales, líder hasta ahora en todas las encuestas, no lo tomará en cuenta. Y si gana Mancera, tendrá que hacerlo a un lado para no dar la imagen de que jugó con ventaja.
Se precipitó Rojas y, en política, la precipitación cuesta, y mucho.
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domingo, 8 de enero de 2012
martes, 13 de diciembre de 2011
Y @Ale_BarralesM sigue ganando en las encuestas
Ya se cansa Alejandra Barrales de ganar encuestas. Ayer arrasó en la del Universal y hoy vuelve a ser la mejor posicionada de la izquierda en el Excélsior. Antes estuvo en primer lugar en la del Reforma, consulta Mitovsky, Covarrubias y Asociados y muchas otras que se han difundido. Si hubiese un mínimo de sentido común y de ganas de hacer las cosas bien en la izquierda, Barrales ya sería la candidata del PRD, PT y Movimiento Ciudadano a la jefatura de gobierno capitalina. Pero pareciera que alguien está operando para incrementar las posibilidades del candidato preferido de Marcelo Ebrard, es decir, Mario Delgado. Al menos así interpreto lo que ayer dijo Alejandro Rojas, Secretario de Turismo del DF.
Rojas planteó dos cosas: primero, que el candidato de izquierda a la jefatura de gobierno debe ser un "marcelista" y la segunda, que la encuesta se debe aplicar hasta el próximo mes de marzo. Como solo hay un "marcelista" químicamente puro, Mario Delgado, y como es este el que más necesita tiempo para buscar un milagro que lo suba en las encuestas, pues es un hecho que Rojas no expresó su propia opinión, sino que lanzó un mensaje de parte de su jefe Ebrard.
Lo cierto es que si la izquierda se hace bolas por retrasarse en la nominación de su candidato a la jefatura de gobierno, crecerán las posibilidades del PRI, que con su candidata Beatriz Paredes está muy fuerte en el DF.
El hecho de que no se acepte de manera natural la nominación de Barrales a mí me parece que es simple machismo de los dirigentes de la izquierda mexicana. Porque si después de tantas encuestas nadie se acerca a Barrales, con la excepción quizá del procurador Miguel Ángel Mancera pues quizá sería hora de que se hiciera justicia y de que la diputada acompañara ya como candidata a López Obrador en su gira capitalina el próximo fin de semana.
Es un hecho que si se abre una etapa de precampaña y se les da a los aspirantes un periodo para promoverse en igualdad de condiciones, la ventaja de Alejandra Barrales fácilmente se mantendrá sobre Mario Delgado, Martí Batres, Miguel Ángel Mancera y Carlos Navarrete.
Así que solo razones políticas poco democráticas, o culturales, como el machismo, podrán hacer a un lado a la aspirante que ha ganado de todas las encuestas, todas.
Rojas planteó dos cosas: primero, que el candidato de izquierda a la jefatura de gobierno debe ser un "marcelista" y la segunda, que la encuesta se debe aplicar hasta el próximo mes de marzo. Como solo hay un "marcelista" químicamente puro, Mario Delgado, y como es este el que más necesita tiempo para buscar un milagro que lo suba en las encuestas, pues es un hecho que Rojas no expresó su propia opinión, sino que lanzó un mensaje de parte de su jefe Ebrard.
Lo cierto es que si la izquierda se hace bolas por retrasarse en la nominación de su candidato a la jefatura de gobierno, crecerán las posibilidades del PRI, que con su candidata Beatriz Paredes está muy fuerte en el DF.
El hecho de que no se acepte de manera natural la nominación de Barrales a mí me parece que es simple machismo de los dirigentes de la izquierda mexicana. Porque si después de tantas encuestas nadie se acerca a Barrales, con la excepción quizá del procurador Miguel Ángel Mancera pues quizá sería hora de que se hiciera justicia y de que la diputada acompañara ya como candidata a López Obrador en su gira capitalina el próximo fin de semana.
Es un hecho que si se abre una etapa de precampaña y se les da a los aspirantes un periodo para promoverse en igualdad de condiciones, la ventaja de Alejandra Barrales fácilmente se mantendrá sobre Mario Delgado, Martí Batres, Miguel Ángel Mancera y Carlos Navarrete.
Así que solo razones políticas poco democráticas, o culturales, como el machismo, podrán hacer a un lado a la aspirante que ha ganado de todas las encuestas, todas.
sábado, 10 de septiembre de 2011
Cae la calidad educativa en el DF y @mario_delgado1 en la grilla
Las noticias presentadas por el diario Reforma suelen ser objetivas. Como esta: “Retrocede DF en Español” http://www.reforma.com/nacional/articulo/624/1246816/. Triste realidad educativa en la capital mexicana. Cito al Reforma:
“Este año, las secundarias del DF, tanto públicas como privadas, presentaron un retroceso en la materia de español en la prueba ENLACE. Y es que el porcentaje de estudiantes que se colocaron en los niveles ‘bueno’ y ‘excelente’ bajó de 22.1 a 20.6 entre 2010 y 2011. El promedio nacional, en cambio, tuvo un avance de 2.4 por ciento en los mismos niveles. Con estos resultados, la Ciudad de México acumula, entre 2006 y 2011, un retroceso general de 5 puntos porcentuales en la educación media en español, la caída más grande en el país. En el caso de las secundarias privadas, éstas destacaron en 2007 con un 66 por ciento de alumnos con alto desempeño. Este año, sin embargo, este porcentaje se redujo a 43.9”.
Aunque el Distrito Federal se mantiene entre las tres mejores entidades en lo que se refiere a educación, es muy preocupante, sobre todo para las capitalinas como yo con hijos a punto de entrar a secundaria, que en este nivel haya caído tanto la calidad en una materia fundamental como el español. ¿Por qué ha bajado tanto el DF? Por la grilla, por ninguna otra razón.
Es lógico que el Distrito Federal tenga uno de los peores desempeños en la materia de español. Es que, priorizando la grilla, el jefe de gobierno, Marcelo Ebrard Casaubón, entregó la Secretaría de Educación local a un aspirante a sucederlo, Mario Delgado, y no a un experto con ganas de trabajar para mejorar el sector educativos.
Desde que llegó a la Secretaría de Educación, Mario Delgado se ha dedicado a cualquier cosa con tal de incrementar, lo que por cierto no ha conseguido, su popularidad. Lo único que no ha hecho, porque ni le interesa ni está preparado para ello, es trabajar para que los estudiantes mejoren su desempeño.
Son las consecuencias lamentables de un gobierno grillo que se especializa en la grilla y al que nada más le importa.
Ya tienen el PRI ( y su candidata Beatriz Paredes) y el PAN (tal vez con Demetrio Sodi) un misil para echárselo en cara a Mario Delgado en caso de que este fuera el candidato del PRD a la jefatura de gobierno, lo que no ocurrirá si hay sensatez en la izquierda mexicana, ya que hay aspirantes mucho mejor posicionados y prestigiados, como el viejo lobo de mar Porfirio Muñoz Ledo; la talentosa y comprometida luchadora social Alejandra Barrales; el experimentado sectretario local de Turismo, Alejandro Rojas; el “despedido” Martí Batres, cuya popularidad debe haberse incrementado desde que Ebrard lo echó del GDF; el buen funcionario Miguel Ángel Mancera, procurador del DF, y hasta el “chucho” Carlos Navarrete.
No sé si la terquedad de Ebrard sea tanta como para seguir insistiendo en el despropósito de Mario Delgado, por cuya precampaña fallida ya ni el español aprenden nuestros niños en la secundaria.
miércoles, 10 de agosto de 2011
Bejarano-Padierna, fuerza electoral de la izquierda en el DF
Hace un año, a un amigo le escuché decir: “Si en las calles del DF tiras una piedra, no le pegas a un perro callejero, sino a un aspirante a la jefatura de gobierno”. Pensé que eso era exagerado, pero que el juicio se quedó corto. Véanse si no los siguientes nombres.
No sé si una tal Laura Velázquez que ha pagado anuncios espectaculares en distintas calles del Distrito Federal sea la secretaria de Desarrollo Económico de la administración encabezada por Marcelo Ebrard Casaubón. Supongo que sí y, también, supongo que quiere ser candidata de izquierda a la jefatura de gobierno de la ciudad. Si lo que me dicen es cierto, que a ella la apoyan René Bejarano y Dolores Padierna, pues entonces la señora Velázquez tiene posibilidades de llegar, ya que la pareja Bejarano-Padierna es uno de los tres pilares electorales del PRD en la capital: los otros son, desde luego, el propio Ebrard y, el más importante, el movimiento de Andrés Manuel López Obrador.
¿A quién más apoyan Bejarano y Padierna? A Benito Mirón, secretario del Trabajo capitalino. Este hombre, con antecedentes como enlace con la guerrilla zapatista, ha trabajado más o menos con eficacia y con mucha seriedad, con tanta seriedad que no tiene popularidad. Tal vez, con los recursos de Bejarano-Padierna, pronto lo veremos anunciar su imagen en las calles. Tiene algunas, no muchas posibilidades de llegar, pero no por lo que el propio Mirón haya hecho, sino porque la familia Bejarano es de cuidado en tierras defeñas.
Contra lo que pudiera pensarse, no es claro, y tal vez no exista, el apoyo de Bejarano-Padierna a Martí Batres, secretario de Desarrollo Social del DF. Batres llegó a la política de la mano de Bejarano, pero luego quiso independizarse, crear su propio grupo y convertirse él mismo en un factor de poder en el Distrito Federal. Ha avanzado, pero todavía no lo suficiente. ¿Pertenece al grupo de Ebrard? No, de ninguna manera. De hecho, el actual jefe de gobierno lo veta. López Obrador lo ve con muy buenos ojos, pero creo que el líder de MORENA, necesitado de gente que le sume votos en los sectores conservadores, ve a Batres demasiado izquierdista y, tal vez, no lo apoyará en esta ocasión en sus aspiraciones de ser candidato.
Una sorpresa resulta para mí enterarme de que un lopezobradorista que no es izquierdista radical, sino que más bien se ubica en el centro de la geometría política, es muy bien visto y podría ser apoyado por René Bejarano y Dolores Padierna. Me refiero a Alfonso Durazo, quien fuera secretario particular de Luis Donaldo Colosio y de Vicente Fox (renunció al gobierno foxista denunciando la corrupción de Fox y la señora Marta). Durazo, desde hace unos 20 años, cuando ocupó cargos en el gobierno del Distrito Federal, por la vía de negociar con Bejarano y Padierna, sobre todo vivienda en la etapa de reconstrucción después del sismo de 1985, estableció una muy buena relación con la poderosa pareja y no sería nada raro que la familia Bejarano lo apoyara. Durazo obviamente cuenta con todo el apoyo de AMLO, aunque tal vez lo vete Ebrard, ya que Marcelo (cuando era subordinado de Camacho) peleó fuertemente con la gente que rodeaba a Colosio, y no han cerrado las heridas de 1994.
René Bejarano y Dolores Padiera no ven del todo mal a uno de los favoritos de Marcelo Ebrard para la jefatura de gobierno, Alejandro Rojas Díaz-Durán, secretario de Turismo del DF, quien tiene una carrera política local en el Distrito Federal que lo ha llevado a pactar alianzas con todos los grupos que en la ciudad operan. Como Laura Velázquez, el señor Rojas ha inundado la ciudad con enormes mantas colgadas en los edificios en las que promueve su imagen. En las encuestas que se publiquen en noviembre se verá si su estrategia publicitaria le funcionó. López Obrador ni veta ni apoya a Rojas, ni todo lo contrario. Rojas llegará tan lejos como lo determine la capacidad política de Ebrard.
Al que de plano no apoyan Bejarano y Padierna es al que ha sido, y tal vez ya no sea, al aspirante que más ha apoyado Ebrard: Mario Delgado, secretario de Educación en el DF, quien simplemente no avanza en las encuestas. El señor Delgado no es un mal funcionario, pero la popularidad no se le da.
Solo si Andrés Manuel López Obrador lo pidiera, y tal vez podría pedirlo, la pareja Bejarano-Padierna apoyaría a gente como el senador Ricardo Monreal, el diputado Porfirio Muñoz Ledo y el exrector de la UNAM Juan Ramón de la Fuente, tres políticos con prestigio que poca trabajo han hecho en las bases de la izquierda capitalina. Ambos son dos muy buenas opciones que, si las cosas se complicaran, podrían llegar a ser elegidos en una negociación AMLO-Ebrard.
Bejarano y Padierna no están en malos términos con Alejandra Barrales, pero si esta diputada local quiere ser seriamente tomada en cuenta por esa pareja como su candidata a la jefatura de gobierno del Distrito Federal tendrá que ser menos ambigua a la hora de decidir a quién apoyará como candidato presidencial de izquierda. Barrales ha dicho que apoya tanto a AMLO como a Ebrard, pero eso no es posible. Bejarano y Padierna, que apuestan abiertamente a favor de López Obrador, le exigirán que se defina, y harán bien.
Al que de plano nunca apoyarán René Bejarano y Dolores Padierna es al senador Carlos Navarrete, uno de los principales “chuchos” del PRD. Lo detestan. Navarrete tiene muy pocas posibilidades ya que, por otra parte, Ebrard lo apoya pero solo porque ha realizado un acuerdo político con los chuchos que en cualquier momento podría romperse, y porque además, lo que es suficiente para sentenciar su suerte, está vetado por López Obrador.
¿Y el diputado Gerardo Fernández Noroña? Nadie, excepto sus seguidores en Twitter, lo ven como candidato a la jefatura de gobierno del Distrito Federal. Por lo tanto, no creo que Bejarano y Padierna lo estén considerando, ni Ebrard tampoco ni, mucho menos, López Obrador: los dos aspirantes presidenciales de izquierda buscan rodearse de gente aceptada en las clases media y alta, en las que tanto se les rechaza, y el controvertido diputado ahí nomás no ayuda.
¿Y Manuel Camacho Solís? Quiere y legalmente puede ser jefe de gobierno. Ebrard lo apoya, AMLO o veta y la pareja Bejarano-Padierna no quiere saber nada de él. Se quedará con las ganas el señor Camacho. No será la primera vez.
domingo, 7 de agosto de 2011
GDF-2012: la izquierda en aprietos
Antes de la encuesta de Reforma, en la que lleva mucha ventaja la priista Beatriz Paredes sobre cualquiera de los aspirantes del PRD al gobierno del Distrito Federal, en la izquierda se pensaba, con arrogancia y evidentemente con base en un mal diagnóstico, que la capital de México era territorio conquistado que por ningún motivo podía perder el perredismo.
Así, los líderes izquierdistas planteaban los temas sucesorios en dos tiempos: primero, lo importante: elegir al candidato presidencial; después, el trámite de seleccionar a cualquier candidato al GDF.
Ya no es así. Ahora, para tener una mínima posibilidad de éxito frente al PRI en el Distrito Federal, los dos principales aspirantes de izquierda a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard Casaubón, antes de que pacten (según lo han acordado) cuál será el elegido entre ellos, tendrán que analizar juntos quién es el mejor militante o simpatizante de la izquierda para buscar el gobierno capitalino, ya que si el DF se pierde, será imposible ganar la presidencia de la república.
Los aspirantes de izquierda mejor posicionados en la encuesta de Reforma son el senador Carlos Navarrete y el procurador del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, con más crecimiento el segundo que el primero, a pesar de que Mancera no ha realizado campaña de ningún tipo, mientras que Navarrete ha gastado mucho dinero en una bien hecha campaña de publicidad exterior.
Después de los mencionados, en la izquierda aparecen Martí Batres (al que le va muy mal cuando lo enfrentan a Beatriz Paredes, del PRI, y Demetrio Sodi, del PAN) y una mujer, Alejandra Barrales, que parece haber perdido empuje.
Con menos posibilidades en el estudio de Reforma está el que ha sido, desde hace años, el proyecto de Marcelo Ebrard para su sucesión, Mario Delgado, quien, a pesar del apoyo recibido por el jefe de gobierno, nomás no ha crecido. Su caso es similar al del secretario de Hacienda, Ernesto Cordero.
Otro aspirante que ha iniciado abiertamente su precampaña, Alejandro Rojas Díaz-Durán, secretario de Turismo del DF, no fue incluido en la encuesta de Reforma, quizá porque tardó en arrancar. Ni se incluyó en ese estudio al polémico diputado Gerardo Fernández Noroña, al que ningún estudio toma en cuenta a pesar de todo su esfuerzo por hacerse notar. Algo equivocado estará haciendo el diputado para que ninguna empresa encuestadora lo considere. Cuando se les incluya a Rojas y a Noroña en las encuestas, si acaso ocurre, se verán sus posibilidades reales.
¿Hay más opciones para la izquierda en el GDF? Las hay, y creo que son más fuertes que los anteriormente mencionados. Está el prestigiadísimo ex rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente; el senador Ricardo Moreal, e importantes figuras de los círculos cercanos a López Obrador y Marcelo Ebrard, como Alfonso Durazo y Manuel Camacho (este último ya gobernó el Distrito Federal, pero como no fue electo, legalmente está habilitado para ser candidato).
Tanto López Obrador como Ebrard necesitan que el candidato al GDF sea no solo capaz de ganar, sino también de maximizar los votos de la izquierda en los sectores más conservadores de la capital del país. Entre todos los posibles, los únicos que cumplen con ambos requisitos son Miguel Ángel Mancera, Juan Ramón de la Fuente, Alfonso Durazo y Manuel Camacho. Si hoy se tomara la decisión, el elegido por el PRD como su candidato saldría de este cuarteto. La política tiene su lógica, y si se aplica correctamente se logran buenas “predicciones”.
Así, los líderes izquierdistas planteaban los temas sucesorios en dos tiempos: primero, lo importante: elegir al candidato presidencial; después, el trámite de seleccionar a cualquier candidato al GDF.
Ya no es así. Ahora, para tener una mínima posibilidad de éxito frente al PRI en el Distrito Federal, los dos principales aspirantes de izquierda a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard Casaubón, antes de que pacten (según lo han acordado) cuál será el elegido entre ellos, tendrán que analizar juntos quién es el mejor militante o simpatizante de la izquierda para buscar el gobierno capitalino, ya que si el DF se pierde, será imposible ganar la presidencia de la república.
Los aspirantes de izquierda mejor posicionados en la encuesta de Reforma son el senador Carlos Navarrete y el procurador del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, con más crecimiento el segundo que el primero, a pesar de que Mancera no ha realizado campaña de ningún tipo, mientras que Navarrete ha gastado mucho dinero en una bien hecha campaña de publicidad exterior.
Después de los mencionados, en la izquierda aparecen Martí Batres (al que le va muy mal cuando lo enfrentan a Beatriz Paredes, del PRI, y Demetrio Sodi, del PAN) y una mujer, Alejandra Barrales, que parece haber perdido empuje.
Con menos posibilidades en el estudio de Reforma está el que ha sido, desde hace años, el proyecto de Marcelo Ebrard para su sucesión, Mario Delgado, quien, a pesar del apoyo recibido por el jefe de gobierno, nomás no ha crecido. Su caso es similar al del secretario de Hacienda, Ernesto Cordero.
Otro aspirante que ha iniciado abiertamente su precampaña, Alejandro Rojas Díaz-Durán, secretario de Turismo del DF, no fue incluido en la encuesta de Reforma, quizá porque tardó en arrancar. Ni se incluyó en ese estudio al polémico diputado Gerardo Fernández Noroña, al que ningún estudio toma en cuenta a pesar de todo su esfuerzo por hacerse notar. Algo equivocado estará haciendo el diputado para que ninguna empresa encuestadora lo considere. Cuando se les incluya a Rojas y a Noroña en las encuestas, si acaso ocurre, se verán sus posibilidades reales.
¿Hay más opciones para la izquierda en el GDF? Las hay, y creo que son más fuertes que los anteriormente mencionados. Está el prestigiadísimo ex rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente; el senador Ricardo Moreal, e importantes figuras de los círculos cercanos a López Obrador y Marcelo Ebrard, como Alfonso Durazo y Manuel Camacho (este último ya gobernó el Distrito Federal, pero como no fue electo, legalmente está habilitado para ser candidato).
Tanto López Obrador como Ebrard necesitan que el candidato al GDF sea no solo capaz de ganar, sino también de maximizar los votos de la izquierda en los sectores más conservadores de la capital del país. Entre todos los posibles, los únicos que cumplen con ambos requisitos son Miguel Ángel Mancera, Juan Ramón de la Fuente, Alfonso Durazo y Manuel Camacho. Si hoy se tomara la decisión, el elegido por el PRD como su candidato saldría de este cuarteto. La política tiene su lógica, y si se aplica correctamente se logran buenas “predicciones”.
lunes, 1 de agosto de 2011
"Demócratas de Izquierda” ven al GDF, no a Los Pinos
Voy a plantear una hipótesis distinta. Nomás no puedo estar de acuerdo con los análisis que se hacen acerca de lo que está pasando en la izquierda. Se equivocan los que piensan que hay o habrá un rompimiento entre Marcelo Ebrard Casaubón y Andrés Manuel López Obrador por la candidatura presidencial de la izquierda. Es imposible, no que peleen a muerte Ebrard y AMLO, sino que lo hagan por una candidatura que el tabasqueño no soltará, porque ya es suya, y que esta vez al pragmático jefe de gobierno del Distrito Federal no le interesa porque sabe que no tiene ninguna posibilidad de éxito en el 2012.
En la izquierda, el único que con seriedad piensa en la candidatura presidencial es López Obrador. Este no es un político tradicional, no analiza encuestas, no estudia escenarios, no ve la realidad, y este juicio no es peyorativo, sino todo lo contrario: como todas las personas extraordinarias, AMLO no le saca la vuelta a las causas perdidas, sino las busca, simple y sencillamente porque es de aquellos que solo ven lo que quieren ver. Y su visión es la de alguien que, posibilidades al margen, piensa que debe luchar hasta el final. Y si pierde, lo volverá a intentar. Andrés Manuel dice que si pierde en 2012 no volverá a intentar nunca más ser candidato presidencial. No le creo. Es joven todavía y no abandonará sus ideales ni su lucha ni siquiera si termina el año próximo con una cantidad mínima de votos. Así son los grandes seres humanos: tercos, aferrados, incapaces de calcular los riesgos de perder y siempre dispuestos a levantarse cada vez que se caen.
AMLO quiere ser candidato presidencial en 2012 y lo será. Le importa muy poco perder. Piensa que está haciendo lo correcto al encabezar una lucha a favor de los más pobres, y no la abandonará. Por eso tiene tantos seguidores, porque piensa más en términos de la historia que de la politología basada en el marketing.
Marcelo Ebrard es distinto. El jefe de gobierno no se engaña. Sabe que la izquierda no tiene ninguna posibilidad de vencer a Enrique Peña Nieto, del PRI, en 2012. De hecho, lo ha dicho muchas veces, no se cansa de proponer una alianza del PRD con el PAN para enfrentar al priismo.
Sin esa alianza, Ebrard, lo sabe, participar como candidato presidencial de la izquierda, unida o dividida, en 2012 es arriesgarse a quedar en último lugar y, por lo mismo, a dar por finalizada su carrera política que ha sido ciento por ciento tradicional.
Sin alianza a Ebrard no le interesa la elección presidencial. No es López Obrador para luchar pagando el precio que sea por sus ideales. Y, bueno, Ebrard no parece un político de ideales, sino un pragmático puro.
Así las cosas, en la reunión que Marcelo Ebrard encabezó ayer, la de los “Demócratas de Izquierda”, que no son otra cosa que los mismos chuchos de siempre, pero con otro nombre, de lo que se trataba no era, en realidad, de apoyar a Ebrard para que este sea candidato presidencial en 2012, sino de fortalecer la fuerza política del actual jefe de gobierno para que sea él quien decida el nombre del candidato del PRD al GDF.
Si para la izquierda, como Ebrard sabe y ha dicho en público, es prácticamente imposible ganar las elecciones presidencial del 2012 sin ir en alianza con el PAN (y parece que no habrá alianza), entonces lo único a lo que pueden aspirar los perredistas pragmáticos es a la jefatura del gobierno del DF.
Sabe Marcelo Ebrard, y saben los chuchos, que si Ebrard no le da mucha lata a AMLO, es decir, que si deja a López Obrador recorrer tranquilamente el camino de la candidatura presidencial de la izquierda, entonces Marcelo podrá contar con el aval del Peje para que sea él, Ebrard, el que elija al candidato al GDF.
Ante la imposibilidad de vencer a Peña Nieto sin una alianza con el PAN, lo único que le queda a los perredistas es luchar por no perder el GDF. Los chuchos apoyan ahora a Ebrard esperando que el actual jefe de gobierno elija como candidato al GDF a uno de los suyos, específicamente al senador Carlos Navarrete. Es lo único que quieren los chuchos, que Ebrard los apoye para buscar el gobierno del Distrito Federal.
Marcelo Ebrard sabe que esa es su fuerza: su capacidad de elegir al candidato al GDF, lo que podrá hacer sin problemas si no pelea con AMLO, es decir, si López Obrador se lo permite (y se lo permitirá si Marcelo se hace a un lado en la presidencial).
Básicamente estuvieron ayer con Marcelo Ebrard dos grupos de perredistas: los chuchos y los colaboradores de Ebrard en el gobierno del Distrito Federal. Los chuchos le dijeron: “Estamos contigo, pero tienes que apoyar a Navarrete para jefe de gobierno”. Esa no es una idea que a Ebrard le agrade del todo, porque no confía en la lealtad de los chuchos que, si por algo se han distinguido, es por ser desleales. Obviamente, Ebrard prefiere a uno de los suyos, como Alejandra Barrales, Mario Delgado o Alejandro Rojas Díaz-Durán, que estuvieron en el evento de ayer domingo.
Si Ebrard no se pelea con AMLO, y por pragmático no se peleará, elegirá él en la soledad de su despacho, como en los viejos tiempos priistas (que Ebrard conoció tan bien) al candidato perredista al GDF.
Creo que ese el verdadero cálculo político que hace Marcelo Ebrard: dejar a alguien en quien pueda confiar en el GDF y no luchar por una imposible presidencia de México. En mi opinión, Ebrard está hasta ahora haciendo lo correcto: no se pelea con AMLO, acepta la alianza con los chuchos y apoya a los suyos.
En ese sentido, han disminuido mucho las posibilidades de llegar a la jefatura de gobierno del DF de los políticos que no asistieron al evento de Ebrard, como Martí Batres, Ricardo Monreal y Juan Ramón de la Fuente. Y es que, si Batres, Monreal y De la Fuente no fueron capaces, ahora, de expresar un mínimo apoyo a Ebrard, si llegaran al GDF podrían hasta tratar de perjudicar al discípulo favorito de Manuel Camacho cuyas cuentas deben ser un galimatías de irregularidades.
Solo para eso se dio la reunión de los “Demócratas de Izquierda”, para que Marcelo analice a quién le puede entregar al GDF, una facultad que tendrá si se hace a un lado, como se hará, en la carrera presidencial para dejar que sea AMLO el que intente la misión imposible de vencer al PRI y a Peña Nieto sin el apoyo del PAN.
viernes, 29 de julio de 2011
Del beso de Sicilia a las posibilidades de Beatriz
Si no fue del todo adecuado el diálogo que sostuvo Javier Sicilia con Felipe Calderón en el Castillo de Chapultepec, de plano ha resultado un sainete el encuentro que el hoy en día famosísimo poeta tuvo con el senador Manlio Fabio Beltrones y otros legisladores. Tan mal estuvo la cosa que lo que más comenta la gente es el beso que Sicilia le dio a Beltrones y la certeza de que los diputados y senadores nomás no van a cumplir lo que le prometieron al poeta.
Así que, para no hacer más leña del árbol caído (Sicilia ha perdido credibilidad ante la opinión pública, ojalá la recupere), hablaré mejor de otra muy mala noticia política: la posibilidad real de que el PRI, con Beatriz Paredes como candidata, gane la jefatura de gobierno del Distrito Federal en las elecciones del próximo año.
Si bien el PRD sigue adelante del PRI en las encuestas para jefe de gobierno del DF, cuando se pregunta por partido y candidato la señora Paredes supera a prácticamente todos los perredistas, solo está abajo en los estudios de Alejandra Barrales y Martí Batres, pero cada día las distancias se acortan.
Sobre todo ha crecido Beatriz, que ya estaba muy fuerte, después de la paliza que el PRI le dio al PRD en el Estado de México. El reciente resultado electoral en el Edomex, sin considerar todavía la popularidad de Enrique Peña Nieto, terminará por hacer de Beatriz Paredes una candidata a la que solo podrá derrotar un representante del PRD con verdadero prestigio, con propuestas serias y con el suficiente carisma como para ser aceptado por los electores.
Para muchos, ese “perredista” solo puede ser el ex rector de la UNAM Juan Ramón de la Fuente, que no milita en el PRD pero que se identifica con la izquierda. Estoy de acuerdo, De la Fuente es el único personaje con gran prestigio que puede presentar el izquierdismo capitalino como su candidato al GDF. El problema es que De la Fuente aceptará tamaña responsabilidad solo si todos sus rivales lo aceptan de buena gana y, particularmente, si se lo piden JUNTOS Marcelo Ebrard Casaubón y Andrés Manuel López Obrador.
No descarto que puedan crecer otros aspirantes perredistas, pero para lograrlo tendrían que empezar al menos a exhibir propuestas originales, no como las del senador Carlos Navarrete quien está planteando ideas evidentemente tomadas del trabajo que durante años ha hecho Alejandro Rojas Díaz-Durán.
En fin, tal como están las cosas, Beatriz Paredes parece dirigirse a la victoria en el Distrito Federal, algo que de ninguna manera es una buena noticia. No por falta de méritos o de capacidad de la señora Paredes, sino por lo malo que sería que el PRI gane todo en 2012.
domingo, 24 de julio de 2011
GDF: Los discursos y las imágenes
Alejandra Barrales frivoliza demasiado su imagen. Es popular, ha realizado una muy buena campaña para promoverse, pero pone demasiado el acento en actividades “personales”, como la difusión reciente que hizo en facebook de su fiesta de cumpleaños, que la hacen ver un tanto superficial, alejada del debate serio, profundo, el que hace falta en una ciudad compleja y con grandes problemas como el Distrito Federal.
Gerardo Fernández Noroña, al que veo sin posibilidades de ser el candidato de la izquierda en las elecciones para jefe de gobierno del DF que se celebrarán el próximo año, lo incluyo en este texto para que sus seguidores en las redes sociales dejen de gritar que se le discrimina. Si Barrales a veces da la impresión de que es una política un tanto frívola, Noroña solo es conocido por bravucón. De hecho, en Twitter es famoso por ofender a cuanta persona lo cuestiona. Por lo tanto, no le concedo la menor capacidad para el debate sereno y basado en argumentos que los aspirantes a gobernar la Ciudad de México deben exhibir como primera condición para ser tomados en cuenta por los ciudadanos.
Otro político muy popular cuya imagen no termina de ser la adecuada es el señor Martí Batres. Se entiende que sea un político de izquierda, lo ha sido toda su vida, pero debería al menos esforzarse en hacer llegar sus mensajes a las personas de las clases media y alta que no se identifican con las posiciones populistas, socialistas o como se les quiera calificar. El discurso excesivamente izquierdista de Batres lo convierte en una especie de pasivo para el político que más lo apoya, Andrés Manuel López Obrador, tremendamente necesitado de aceptación en los sectores más conservadores de la población.
El procurador de justicia del Distrito Federal, Miguel Mancera, de quien todo el mundo habla bien y que es aceptado tanto por el actual jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, como por Andrés Manuel López Obrador, está necesitado tanto de hacerse de una imagen positiva como de un discurso coherente porque, de plano, no los tiene.
Al senador perredista Carlos Navarrete le sobre aceptación entre los medios que simpatizan con el PRI, con el PAN y con Felipe Calderón. Pero nomás no es bien visto en los medios más identificados con la izquierda. Es decir, se trata de alguien con imagen excesivamente derechista, lo que le complica ser el representante de la población izquierdista en la capital del país. Aunque le han sobrado recursos para promoverse, su imagen no es buena. Tal vez le hace falta contratar a un experto que haga algo con su corte de cabello o con su bigote o algo así. Y su discurso, no hay duda, parece más el del senador priista Manlio Fabio Beltrones que el de un militante del PRD.
Como político, la imagen del senador Ricardo Monreal es buena; es bien visto en la izquierda, tiene amigos en el PRI y es aceptado en la derecha. Como persona, tendrá que bajar algunos kilos no tanto para verse mejor, sino para probar que es un hombre disciplinado. Su discurso no es malo. Pero algo falla con él: no ha podido explicar convincentemente cómo alguien que hace muy poco tiempo fue gobernador de Zacatecas puede aspirar a ser jefe de gobierno de la Ciudad de México. No basta con que diga que el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, antes de gobernar al DF, gobernó Michoacán. Sin esa explicación, el discurso de Monreal no tendrá la fuerza que necesita un aspirante a gobernar la metrópoli más importante de México.
La peor imagen y el discurso más elemental es el de Mario Delgado, secretario de Educación del DF. Ebrar lo ha promovido y apoyado con todo, pero Delgado simple y sencillamente no ha crecido. Es una de las grandes decepciones de la política chilanga.
Aunque no ha terminado de construirse un imagen que lo proyecto como un candidato popular, el mejor discurso, el más serio, el más coherente, el más apegado a sus funciones actuales, es el del secretario de Turismo del gobierno del Distrito Federal, Alejandro Rojas Díaz-Durán. Su tema es el turismo y lo hace muy bien, tanto que ante la apatía de los responsables federales de este sector económico, a veces parece el único realmente interesado en hacer algo por la actividad turística mexicana. Ya hizo una feria de turismo en la Ciudad de México y se ve decidido a que no muera el Tianguis que, por decisión del gobierno federal, saldrá de Acapulco.
Tan coherente y serio como el discurso de Alejandro Rojas es el del ex rector Juan Ramón de la Fuente. Este es un político importante, respetado en la izquierda y en la derecha y popular. Es del dominio público que Carlos Slim lo aprecia bastante y, recordemos, en 2006 López Obrador lo presentó como su primera opción para la Secretaría de Gobernación. Tiene tan buena imagen y es tan sólido su discurso que a De la Fuente podría quedarle chico el DF. Sobran quienes lo candidatean para la presidencia de México.
Así están las cosas en la lucha por la candidatura a jefe de gobierno del Distrito Federal.
Gerardo Fernández Noroña, al que veo sin posibilidades de ser el candidato de la izquierda en las elecciones para jefe de gobierno del DF que se celebrarán el próximo año, lo incluyo en este texto para que sus seguidores en las redes sociales dejen de gritar que se le discrimina. Si Barrales a veces da la impresión de que es una política un tanto frívola, Noroña solo es conocido por bravucón. De hecho, en Twitter es famoso por ofender a cuanta persona lo cuestiona. Por lo tanto, no le concedo la menor capacidad para el debate sereno y basado en argumentos que los aspirantes a gobernar la Ciudad de México deben exhibir como primera condición para ser tomados en cuenta por los ciudadanos.
Otro político muy popular cuya imagen no termina de ser la adecuada es el señor Martí Batres. Se entiende que sea un político de izquierda, lo ha sido toda su vida, pero debería al menos esforzarse en hacer llegar sus mensajes a las personas de las clases media y alta que no se identifican con las posiciones populistas, socialistas o como se les quiera calificar. El discurso excesivamente izquierdista de Batres lo convierte en una especie de pasivo para el político que más lo apoya, Andrés Manuel López Obrador, tremendamente necesitado de aceptación en los sectores más conservadores de la población.
El procurador de justicia del Distrito Federal, Miguel Mancera, de quien todo el mundo habla bien y que es aceptado tanto por el actual jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, como por Andrés Manuel López Obrador, está necesitado tanto de hacerse de una imagen positiva como de un discurso coherente porque, de plano, no los tiene.
Al senador perredista Carlos Navarrete le sobre aceptación entre los medios que simpatizan con el PRI, con el PAN y con Felipe Calderón. Pero nomás no es bien visto en los medios más identificados con la izquierda. Es decir, se trata de alguien con imagen excesivamente derechista, lo que le complica ser el representante de la población izquierdista en la capital del país. Aunque le han sobrado recursos para promoverse, su imagen no es buena. Tal vez le hace falta contratar a un experto que haga algo con su corte de cabello o con su bigote o algo así. Y su discurso, no hay duda, parece más el del senador priista Manlio Fabio Beltrones que el de un militante del PRD.
Como político, la imagen del senador Ricardo Monreal es buena; es bien visto en la izquierda, tiene amigos en el PRI y es aceptado en la derecha. Como persona, tendrá que bajar algunos kilos no tanto para verse mejor, sino para probar que es un hombre disciplinado. Su discurso no es malo. Pero algo falla con él: no ha podido explicar convincentemente cómo alguien que hace muy poco tiempo fue gobernador de Zacatecas puede aspirar a ser jefe de gobierno de la Ciudad de México. No basta con que diga que el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, antes de gobernar al DF, gobernó Michoacán. Sin esa explicación, el discurso de Monreal no tendrá la fuerza que necesita un aspirante a gobernar la metrópoli más importante de México.
La peor imagen y el discurso más elemental es el de Mario Delgado, secretario de Educación del DF. Ebrar lo ha promovido y apoyado con todo, pero Delgado simple y sencillamente no ha crecido. Es una de las grandes decepciones de la política chilanga.
Aunque no ha terminado de construirse un imagen que lo proyecto como un candidato popular, el mejor discurso, el más serio, el más coherente, el más apegado a sus funciones actuales, es el del secretario de Turismo del gobierno del Distrito Federal, Alejandro Rojas Díaz-Durán. Su tema es el turismo y lo hace muy bien, tanto que ante la apatía de los responsables federales de este sector económico, a veces parece el único realmente interesado en hacer algo por la actividad turística mexicana. Ya hizo una feria de turismo en la Ciudad de México y se ve decidido a que no muera el Tianguis que, por decisión del gobierno federal, saldrá de Acapulco.
Tan coherente y serio como el discurso de Alejandro Rojas es el del ex rector Juan Ramón de la Fuente. Este es un político importante, respetado en la izquierda y en la derecha y popular. Es del dominio público que Carlos Slim lo aprecia bastante y, recordemos, en 2006 López Obrador lo presentó como su primera opción para la Secretaría de Gobernación. Tiene tan buena imagen y es tan sólido su discurso que a De la Fuente podría quedarle chico el DF. Sobran quienes lo candidatean para la presidencia de México.
Así están las cosas en la lucha por la candidatura a jefe de gobierno del Distrito Federal.
jueves, 21 de julio de 2011
¿Al GDF por la grilla turística?
La principal columna de negocios del diario Reforma, “Capitanes”, dice este jueves 21 de julio lo siguiente:
“Como a los hoteles con pulgas. Así le saca la vuelta Gloria Guevara a las oficinas de la Sectur para sus encuentros con los medios. Desde que llegó al cargo, las reuniones con la prensa tienen lugar en el hotel Presidente de Polanco o en las oficinas del Consejo de Promoción Turística de México. Pero curioso el caso. La sede de la Sectur federal ahora sí será usada, pero por la ¡Sectur del Gobierno del DF! La institución que lleva Alejandro Rojas convocó a los medios para asistir a ese inmueble de Polanco para presentar, lea con cuidado: a las ciudades interesadas en albergar el Tianguis Turístico México 2012. ¿Un proceso federal que será presentado por un secretario local? ¿Le suena raro? A nosotros también”.
Más raro aún si atendemos a los mensajes enviados ayer miércoles, vía Twitter, por el secretario de Turismo del Distrito Federal (@rojas_cm):
“Si en 2 meses sigue la caída del turismo en México, pediré la renuncia de la titular de @sectur_mx… El turismo en México requiere incentivos reales... De acuerdo a la Organización Mundial de Turismo, países como Turquía, Malasia y la India han superado a México como destino turístico… Las políticas aplicadas en los últimos años por @Sectur_mx no han funcionado. México ha retrocedido en el ranking mundial de turismo… Hoy solicité una revisión a fondo de dichas políticas, es imperativo que nuestro turismo salga de esta crisis… He propuesto que los viajes familiares en nuestro país sean deducibles de impuestos… México debe de proyectar una imagen positiva al exterior, contrario a la imagen de país en guerra que actualmente tenemos”.
O sea que Rojas utilizará, para promover una de sus ideas, las oficinas de la funcionaria, Gloria Guevara, cuya renuncia está exigiendo.
Raro, sí, suena muy raro, aunque explicable: Alejandro Rojas Díaz-Durán recibió al fin permiso de su jefe, Marcelo Ebrard Casaubón, para lanzarse a buscar la candidatura al gobierno del Distrito Federal. Así, ha empezado a ubicar en distintas calles de la Ciudad de México grandes anuncios espectaculares promoviendo su imagen. Y, en esa lógica, sabe que le beneficia andar de buscapleitos poniendo la mira arriba, y no a los lados ni abajo.
Arriba, desde luego, Rojas tiene en su sector, el turismo, a la secretaria federal, la señora Guevara, a la que, por lo demás, resulta hasta sencillo lanzarle golpes políticos ya que ella, ¡hay consenso!, ha hecho mal su trabajo. O, al menos, es lo que se tiene que decir para ocultar una dolorosa realidad de la que Felipe Calderón es el mayor responsable: cada día llegan menos visitantes a las playas y a las ciudades de nuestro país en guerra.
El caso es que Rojas buscará aumentar su popularidad llevando como sparring a la señora Guevara, pero, para tristeza del secretario de turismo del DF, la funcionaria federal es tan, tan gris que no responde a las provocaciones…
Hasta para pelear se requiere tener algo más que atole en las venas, y no parece ser lo que circula por las de muchos de los integrantes del gabinete de Calderón.
“Como a los hoteles con pulgas. Así le saca la vuelta Gloria Guevara a las oficinas de la Sectur para sus encuentros con los medios. Desde que llegó al cargo, las reuniones con la prensa tienen lugar en el hotel Presidente de Polanco o en las oficinas del Consejo de Promoción Turística de México. Pero curioso el caso. La sede de la Sectur federal ahora sí será usada, pero por la ¡Sectur del Gobierno del DF! La institución que lleva Alejandro Rojas convocó a los medios para asistir a ese inmueble de Polanco para presentar, lea con cuidado: a las ciudades interesadas en albergar el Tianguis Turístico México 2012. ¿Un proceso federal que será presentado por un secretario local? ¿Le suena raro? A nosotros también”.
Más raro aún si atendemos a los mensajes enviados ayer miércoles, vía Twitter, por el secretario de Turismo del Distrito Federal (@rojas_cm):
“Si en 2 meses sigue la caída del turismo en México, pediré la renuncia de la titular de @sectur_mx… El turismo en México requiere incentivos reales... De acuerdo a la Organización Mundial de Turismo, países como Turquía, Malasia y la India han superado a México como destino turístico… Las políticas aplicadas en los últimos años por @Sectur_mx no han funcionado. México ha retrocedido en el ranking mundial de turismo… Hoy solicité una revisión a fondo de dichas políticas, es imperativo que nuestro turismo salga de esta crisis… He propuesto que los viajes familiares en nuestro país sean deducibles de impuestos… México debe de proyectar una imagen positiva al exterior, contrario a la imagen de país en guerra que actualmente tenemos”.
O sea que Rojas utilizará, para promover una de sus ideas, las oficinas de la funcionaria, Gloria Guevara, cuya renuncia está exigiendo.
Raro, sí, suena muy raro, aunque explicable: Alejandro Rojas Díaz-Durán recibió al fin permiso de su jefe, Marcelo Ebrard Casaubón, para lanzarse a buscar la candidatura al gobierno del Distrito Federal. Así, ha empezado a ubicar en distintas calles de la Ciudad de México grandes anuncios espectaculares promoviendo su imagen. Y, en esa lógica, sabe que le beneficia andar de buscapleitos poniendo la mira arriba, y no a los lados ni abajo.
Arriba, desde luego, Rojas tiene en su sector, el turismo, a la secretaria federal, la señora Guevara, a la que, por lo demás, resulta hasta sencillo lanzarle golpes políticos ya que ella, ¡hay consenso!, ha hecho mal su trabajo. O, al menos, es lo que se tiene que decir para ocultar una dolorosa realidad de la que Felipe Calderón es el mayor responsable: cada día llegan menos visitantes a las playas y a las ciudades de nuestro país en guerra.
El caso es que Rojas buscará aumentar su popularidad llevando como sparring a la señora Guevara, pero, para tristeza del secretario de turismo del DF, la funcionaria federal es tan, tan gris que no responde a las provocaciones…
Hasta para pelear se requiere tener algo más que atole en las venas, y no parece ser lo que circula por las de muchos de los integrantes del gabinete de Calderón.
domingo, 17 de julio de 2011
Así van los precandidatos de izquierda al GDF
Martí Batres, secretario de Desarrollo Social del gobierno del Distrito Federal, hizo pública su propuesta para, se lee en el diario Reforma, "diseñar el programa del cuarto gobierno de izquierda en la Ciudad de México".
También dirigente de la corriente Izquierda Social del PRD y precandidato a la jefatura de gobierno, Batres en un clarísimo acto de precampaña convocó a sus simpatizantes en el Gran Fórum de Taxqueña, lo que ha sido evidentemente un "destape".
En el mismo acto, sin dar margen a ninguna duda, se alineó con Andrés Manuel López Obrador, lo que significa que buscará la candidatura perredista contra el actual gobernante capitalino Marcelo Ebrard Casaubón.
¿Tiene Batres asegurado el apoyo del siempre pragmático López Obrador? No estoy segura de que así sea. Andrés Manuel no está pensando en la lógica de la política local, sino en sus aspiraciones presidenciales. Así que, por elemental sentido común, si Ebrard se retira de la contienda presidencial, algo que muy probablemente ocurrirá, AMLO no meterá las manos en el proceso capitalino, lo que dejará a Batres muy debilitado.
Otro pre candidato a la jefatura de gobierno también tuvo este domingo su "destape", aunque no con un fuerte pronunciamiento político, sino con una actividad festiva, el Gran Desfile de la Ciudad de México organizado por el secretario de Turismo Alejandro Rojas Díaz-Durán.
Este aspirante, aunque ha participado en el equipo de Marcelo Ebrard y de Manuel Camacho desde hace mucho tiempo, no cuenta con el apoyo de Ebrard; de hecho, Rojas Díaz-Durán está buscando la candidatura contra la opinión de Marcelo.
Hace algunos días gente del círculo íntimo de Ebrard filtró a Reforma que Rojas iba a ser despedido antes de que se celebrara el desfile de este domingo, supuestamente porque Marcelo se había molestado porque no fue avisado de que el evento se iba a celebrar. Rojas resistió porque fuertes empresarios de la Ciudad de México presionaron a Ebrard y lo obligaron a no cesar a su secretario de Turismo.
Como quiera que sea, el distanciamiento entre ambos políticos sigue creciendo, lo que quedó evidenciado por el "escueto mensaje" con el que, según Reforma, Ebrard inauguró el Gran Desfile.
El hecho es que con o sin la aprobación de Ebrard, Alejandro Rojas Díaz-Durán se ha lanzado con todo a buscar la candidatura perredista a jefe de gobierno. Son simplemente impactantes y deben ser muy costosos los anuncios espectaculares gigantescos que Rojas empieza a colocar en distintos puntos de la ciudad. Quién sabe si le alcance para lograr su objetivo.
La precandidata mujer del PRD, Alejandra Barrales, lo más destacado que hizo fue publicar en Facebook fotos de su fiesta de cumpleaños. En una de las imágenes posó al lado de la precandidata panista Mariana Gómez del Campo.
Si eso le beneficia en términos de proyectar a Barrales como una persona plural, le perjudica al interior del PRD porque Gómez del Campo, prima hermana de Margarita Zavala, es una mujer caracterizada por su fanatismo ultra derechista.
Menos actividad, o menos pública, tuvieron otros aspirantes, como el senador Ricardo Monreal, uno de los hombres más cercanos a López Obrador que no es mal visto por Ebrard, y el procurador Miguel Ángel Mancera bien aceptado tanto por Marcelo como por AMLO.
Así van. Seguiremos al pendiente de sus actividades.
También dirigente de la corriente Izquierda Social del PRD y precandidato a la jefatura de gobierno, Batres en un clarísimo acto de precampaña convocó a sus simpatizantes en el Gran Fórum de Taxqueña, lo que ha sido evidentemente un "destape".
En el mismo acto, sin dar margen a ninguna duda, se alineó con Andrés Manuel López Obrador, lo que significa que buscará la candidatura perredista contra el actual gobernante capitalino Marcelo Ebrard Casaubón.
¿Tiene Batres asegurado el apoyo del siempre pragmático López Obrador? No estoy segura de que así sea. Andrés Manuel no está pensando en la lógica de la política local, sino en sus aspiraciones presidenciales. Así que, por elemental sentido común, si Ebrard se retira de la contienda presidencial, algo que muy probablemente ocurrirá, AMLO no meterá las manos en el proceso capitalino, lo que dejará a Batres muy debilitado.
Otro pre candidato a la jefatura de gobierno también tuvo este domingo su "destape", aunque no con un fuerte pronunciamiento político, sino con una actividad festiva, el Gran Desfile de la Ciudad de México organizado por el secretario de Turismo Alejandro Rojas Díaz-Durán.
Este aspirante, aunque ha participado en el equipo de Marcelo Ebrard y de Manuel Camacho desde hace mucho tiempo, no cuenta con el apoyo de Ebrard; de hecho, Rojas Díaz-Durán está buscando la candidatura contra la opinión de Marcelo.
Hace algunos días gente del círculo íntimo de Ebrard filtró a Reforma que Rojas iba a ser despedido antes de que se celebrara el desfile de este domingo, supuestamente porque Marcelo se había molestado porque no fue avisado de que el evento se iba a celebrar. Rojas resistió porque fuertes empresarios de la Ciudad de México presionaron a Ebrard y lo obligaron a no cesar a su secretario de Turismo.
Como quiera que sea, el distanciamiento entre ambos políticos sigue creciendo, lo que quedó evidenciado por el "escueto mensaje" con el que, según Reforma, Ebrard inauguró el Gran Desfile.
El hecho es que con o sin la aprobación de Ebrard, Alejandro Rojas Díaz-Durán se ha lanzado con todo a buscar la candidatura perredista a jefe de gobierno. Son simplemente impactantes y deben ser muy costosos los anuncios espectaculares gigantescos que Rojas empieza a colocar en distintos puntos de la ciudad. Quién sabe si le alcance para lograr su objetivo.
La precandidata mujer del PRD, Alejandra Barrales, lo más destacado que hizo fue publicar en Facebook fotos de su fiesta de cumpleaños. En una de las imágenes posó al lado de la precandidata panista Mariana Gómez del Campo.
Si eso le beneficia en términos de proyectar a Barrales como una persona plural, le perjudica al interior del PRD porque Gómez del Campo, prima hermana de Margarita Zavala, es una mujer caracterizada por su fanatismo ultra derechista.
Menos actividad, o menos pública, tuvieron otros aspirantes, como el senador Ricardo Monreal, uno de los hombres más cercanos a López Obrador que no es mal visto por Ebrard, y el procurador Miguel Ángel Mancera bien aceptado tanto por Marcelo como por AMLO.
Así van. Seguiremos al pendiente de sus actividades.
miércoles, 13 de julio de 2011
Barrales, Batres, Monreal, Díaz Durán, Mancera...
Parece inevitable que la candidata del PRI a la jefatura de gobierno del Distrito Federal será la ex presidenta nacional de ese partido, Beatriz Paredes. Lo crean o no en el PRD, que ha gobernado durante tres sexenios consecutivos la capital del país, Beatriz partirá como favorita para derrotar a la izquierda que pasa por un momento de debilidad, marcado por las divisiones y el exceso de ambiciones de sus líderes. Desde hace meses en todas las encuestas la señora Paredes está muy bien posicionada, y el lógico pensar que después de la aplastante victoria priista en el Estado de México ella vaya a mejorar notablemente.
Los perredistas capaces de analizar objetivamente las cosas saben que les resultará muy difícil vencer al PRI, que presentará para el Distrito Federal una dupla poderosa con Enrique Peña Nieto aspirando a la presidencia y con Beatriz Paredes a la alcaldía de la ciudad. Hay que recordar que en el año 2000, el efecto Fox casi hizo que el candidato panista, Santiago Creel, venciera al entonces inmensamente popular Andrés Manuel López Obrador. Si un candidato presidencial fuerte como Vicente Fox metió en problemas a un hombre con tantas virtudes para las campañas electorales como López Obrador, el factor Peña Nieto muy bien podría acabar con cualquiera de los militantes del PRD que ahora suenan para la jefatura de gobierno, todos ellos muy por debajo de las capacidades políticas de AMLO.
La mejor posicionada en el PRD es Alejandra Barrales, que ha trabajado con Marcel Ebrard pero que se identifica más con Andrés Manuel López Obrador. Esta mujer ha hecho muy bien su trabajo, sobre todo promocionando su imagen con cartelones en las calles de la ciudad. No olvido la marcha de Javier Sicilia que empezó en la UNAM y terminó en el Zócalo. Durante el largo recorrido por el Eje Central vi prácticamente en cada esquina mantas de la señora Barrales. Y como yo las vieron 150 mis o 250 mil personas solo ese día. Ella se ha movido con habilidad y está cosechando los frutos de su buen trabajo.
En segundo lugar en las encuestas aparece el líder social Martí Batres, en la actualidad integrante del gabinete de Ebrard, pero que políticamente hablando responde más a los intereses de López Obrador que a los del actual jefe de gobierno de la ciudad de México. Durante mucho tiempo Batres encabezó las encuestas de preferencias electorales basado en un estrecho contacto con los sectores más populares del Distrito Federal. Pero fuera de eso no hizo nada más, es decir, no se atrevió a recurrir a instrumentos de mercadotecnia política como los que usó Barrales para crecer.
Al que le han invertido mucho dinero, mucha mercadotecnia y un buen diseño de planeación estratégica es al favorito de Ebrard en su sucesión, Mario Delgado, ex secretario de Finanzas del Distrito Federal y actual secretario de Educación. Pero la mercadotecnia solo funciona cuando promueve un producto más o menos bueno, y claramente el señor Delgado es un producto muy malo. Es el que más ha gastado, y el que más apoyo mediático ha tenido y no ha crecido absolutamente nada. En el PRI se rezan muchos rosarios para que Ebrard se encapriche y haga candidato a Mario Delgado.
Mucho más fuerte que el favorito de Ebrard, tercer en no pocas encuestas de preferencias electorales, el senador Ricardo Monreal ha logrado colarse entre los favoritos mediante un hábil trabajo en las redes sociales de internet que ha convencido ha casi todos los analistas de que él es el candidato de López Obrador. Pienso que si Monreal abre más su juego podría llegar a disputar el primer lugar en las encuestas a Barrales y a Batres. Ya se verá.
No solo sin el apoyo de Ebrard, sino probablemente contra la voluntad del jefe de gobierno, apoyado por sectores empresariales de la Ciudad de México, en las últimas semanas ha aparecido entre los aspirantes el secretario de Turismo local, Alejandro Rojas Díaz Durán. Ayer en la principal columna política de Reforma una filtración que solo pudo haberse generado en la oficina de Ebrard dio por un hecho que Rojas será despedido de su cargo esta misma semana. Si no sucede así, significará que Rojas Díaz Durán ha logrado tan fuertes apoyos entre el poder económico capitalino que ni Marcelo Ebrard puede ya controlarlo, lo que haría al titular de Turismo un fuerte contendiente.
Hay un caballo negro en esta historia, poco conocido, escasamente popular, pero que según casi todos los estrategas posee el mejor perfil para crecer con una campaña eficiente. Me refiero al procurador Miguel Ángel Mancera, muy bien visto tanto por Marcelo Ebrard como por López Obrador. Este último dato, que los dos líderes principales de la izquierda le tengan aprecio, podría inclinar la balanza a su favor. Así es la política.
El caso es que por primera vez desde que hay elecciones para elegir al gobernante del Distrito Federal, la izquierda no llegará como favorita para vencer aplastantemente al PRI y al PAN. Así que, el PRD no podrá darse el lujo de seleccionar a un candidato al gusto de los líderes, sino a uno, o a una, muy bien aceptado u aceptada por la población.
La ventaja ahora la tiene Barrales seguida de Batres. Pero Monreal o Mancera, si se mueven correctamente tienen también posibilidades. El que de plano está fuera es el delfín de Ebrard, Mario Delgado. Y la incógnita es Alejandro Rojas.
Los perredistas capaces de analizar objetivamente las cosas saben que les resultará muy difícil vencer al PRI, que presentará para el Distrito Federal una dupla poderosa con Enrique Peña Nieto aspirando a la presidencia y con Beatriz Paredes a la alcaldía de la ciudad. Hay que recordar que en el año 2000, el efecto Fox casi hizo que el candidato panista, Santiago Creel, venciera al entonces inmensamente popular Andrés Manuel López Obrador. Si un candidato presidencial fuerte como Vicente Fox metió en problemas a un hombre con tantas virtudes para las campañas electorales como López Obrador, el factor Peña Nieto muy bien podría acabar con cualquiera de los militantes del PRD que ahora suenan para la jefatura de gobierno, todos ellos muy por debajo de las capacidades políticas de AMLO.
La mejor posicionada en el PRD es Alejandra Barrales, que ha trabajado con Marcel Ebrard pero que se identifica más con Andrés Manuel López Obrador. Esta mujer ha hecho muy bien su trabajo, sobre todo promocionando su imagen con cartelones en las calles de la ciudad. No olvido la marcha de Javier Sicilia que empezó en la UNAM y terminó en el Zócalo. Durante el largo recorrido por el Eje Central vi prácticamente en cada esquina mantas de la señora Barrales. Y como yo las vieron 150 mis o 250 mil personas solo ese día. Ella se ha movido con habilidad y está cosechando los frutos de su buen trabajo.
En segundo lugar en las encuestas aparece el líder social Martí Batres, en la actualidad integrante del gabinete de Ebrard, pero que políticamente hablando responde más a los intereses de López Obrador que a los del actual jefe de gobierno de la ciudad de México. Durante mucho tiempo Batres encabezó las encuestas de preferencias electorales basado en un estrecho contacto con los sectores más populares del Distrito Federal. Pero fuera de eso no hizo nada más, es decir, no se atrevió a recurrir a instrumentos de mercadotecnia política como los que usó Barrales para crecer.
Al que le han invertido mucho dinero, mucha mercadotecnia y un buen diseño de planeación estratégica es al favorito de Ebrard en su sucesión, Mario Delgado, ex secretario de Finanzas del Distrito Federal y actual secretario de Educación. Pero la mercadotecnia solo funciona cuando promueve un producto más o menos bueno, y claramente el señor Delgado es un producto muy malo. Es el que más ha gastado, y el que más apoyo mediático ha tenido y no ha crecido absolutamente nada. En el PRI se rezan muchos rosarios para que Ebrard se encapriche y haga candidato a Mario Delgado.
Mucho más fuerte que el favorito de Ebrard, tercer en no pocas encuestas de preferencias electorales, el senador Ricardo Monreal ha logrado colarse entre los favoritos mediante un hábil trabajo en las redes sociales de internet que ha convencido ha casi todos los analistas de que él es el candidato de López Obrador. Pienso que si Monreal abre más su juego podría llegar a disputar el primer lugar en las encuestas a Barrales y a Batres. Ya se verá.
No solo sin el apoyo de Ebrard, sino probablemente contra la voluntad del jefe de gobierno, apoyado por sectores empresariales de la Ciudad de México, en las últimas semanas ha aparecido entre los aspirantes el secretario de Turismo local, Alejandro Rojas Díaz Durán. Ayer en la principal columna política de Reforma una filtración que solo pudo haberse generado en la oficina de Ebrard dio por un hecho que Rojas será despedido de su cargo esta misma semana. Si no sucede así, significará que Rojas Díaz Durán ha logrado tan fuertes apoyos entre el poder económico capitalino que ni Marcelo Ebrard puede ya controlarlo, lo que haría al titular de Turismo un fuerte contendiente.
Hay un caballo negro en esta historia, poco conocido, escasamente popular, pero que según casi todos los estrategas posee el mejor perfil para crecer con una campaña eficiente. Me refiero al procurador Miguel Ángel Mancera, muy bien visto tanto por Marcelo Ebrard como por López Obrador. Este último dato, que los dos líderes principales de la izquierda le tengan aprecio, podría inclinar la balanza a su favor. Así es la política.
El caso es que por primera vez desde que hay elecciones para elegir al gobernante del Distrito Federal, la izquierda no llegará como favorita para vencer aplastantemente al PRI y al PAN. Así que, el PRD no podrá darse el lujo de seleccionar a un candidato al gusto de los líderes, sino a uno, o a una, muy bien aceptado u aceptada por la población.
La ventaja ahora la tiene Barrales seguida de Batres. Pero Monreal o Mancera, si se mueven correctamente tienen también posibilidades. El que de plano está fuera es el delfín de Ebrard, Mario Delgado. Y la incógnita es Alejandro Rojas.
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