Alejandra Barrales frivoliza demasiado su imagen. Es popular, ha realizado una muy buena campaña para promoverse, pero pone demasiado el acento en actividades “personales”, como la difusión reciente que hizo en facebook de su fiesta de cumpleaños, que la hacen ver un tanto superficial, alejada del debate serio, profundo, el que hace falta en una ciudad compleja y con grandes problemas como el Distrito Federal.
Gerardo Fernández Noroña, al que veo sin posibilidades de ser el candidato de la izquierda en las elecciones para jefe de gobierno del DF que se celebrarán el próximo año, lo incluyo en este texto para que sus seguidores en las redes sociales dejen de gritar que se le discrimina. Si Barrales a veces da la impresión de que es una política un tanto frívola, Noroña solo es conocido por bravucón. De hecho, en Twitter es famoso por ofender a cuanta persona lo cuestiona. Por lo tanto, no le concedo la menor capacidad para el debate sereno y basado en argumentos que los aspirantes a gobernar la Ciudad de México deben exhibir como primera condición para ser tomados en cuenta por los ciudadanos.
Otro político muy popular cuya imagen no termina de ser la adecuada es el señor Martí Batres. Se entiende que sea un político de izquierda, lo ha sido toda su vida, pero debería al menos esforzarse en hacer llegar sus mensajes a las personas de las clases media y alta que no se identifican con las posiciones populistas, socialistas o como se les quiera calificar. El discurso excesivamente izquierdista de Batres lo convierte en una especie de pasivo para el político que más lo apoya, Andrés Manuel López Obrador, tremendamente necesitado de aceptación en los sectores más conservadores de la población.
El procurador de justicia del Distrito Federal, Miguel Mancera, de quien todo el mundo habla bien y que es aceptado tanto por el actual jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, como por Andrés Manuel López Obrador, está necesitado tanto de hacerse de una imagen positiva como de un discurso coherente porque, de plano, no los tiene.
Al senador perredista Carlos Navarrete le sobre aceptación entre los medios que simpatizan con el PRI, con el PAN y con Felipe Calderón. Pero nomás no es bien visto en los medios más identificados con la izquierda. Es decir, se trata de alguien con imagen excesivamente derechista, lo que le complica ser el representante de la población izquierdista en la capital del país. Aunque le han sobrado recursos para promoverse, su imagen no es buena. Tal vez le hace falta contratar a un experto que haga algo con su corte de cabello o con su bigote o algo así. Y su discurso, no hay duda, parece más el del senador priista Manlio Fabio Beltrones que el de un militante del PRD.
Como político, la imagen del senador Ricardo Monreal es buena; es bien visto en la izquierda, tiene amigos en el PRI y es aceptado en la derecha. Como persona, tendrá que bajar algunos kilos no tanto para verse mejor, sino para probar que es un hombre disciplinado. Su discurso no es malo. Pero algo falla con él: no ha podido explicar convincentemente cómo alguien que hace muy poco tiempo fue gobernador de Zacatecas puede aspirar a ser jefe de gobierno de la Ciudad de México. No basta con que diga que el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, antes de gobernar al DF, gobernó Michoacán. Sin esa explicación, el discurso de Monreal no tendrá la fuerza que necesita un aspirante a gobernar la metrópoli más importante de México.
La peor imagen y el discurso más elemental es el de Mario Delgado, secretario de Educación del DF. Ebrar lo ha promovido y apoyado con todo, pero Delgado simple y sencillamente no ha crecido. Es una de las grandes decepciones de la política chilanga.
Aunque no ha terminado de construirse un imagen que lo proyecto como un candidato popular, el mejor discurso, el más serio, el más coherente, el más apegado a sus funciones actuales, es el del secretario de Turismo del gobierno del Distrito Federal, Alejandro Rojas Díaz-Durán. Su tema es el turismo y lo hace muy bien, tanto que ante la apatía de los responsables federales de este sector económico, a veces parece el único realmente interesado en hacer algo por la actividad turística mexicana. Ya hizo una feria de turismo en la Ciudad de México y se ve decidido a que no muera el Tianguis que, por decisión del gobierno federal, saldrá de Acapulco.
Tan coherente y serio como el discurso de Alejandro Rojas es el del ex rector Juan Ramón de la Fuente. Este es un político importante, respetado en la izquierda y en la derecha y popular. Es del dominio público que Carlos Slim lo aprecia bastante y, recordemos, en 2006 López Obrador lo presentó como su primera opción para la Secretaría de Gobernación. Tiene tan buena imagen y es tan sólido su discurso que a De la Fuente podría quedarle chico el DF. Sobran quienes lo candidatean para la presidencia de México.
Así están las cosas en la lucha por la candidatura a jefe de gobierno del Distrito Federal.
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domingo, 24 de julio de 2011
miércoles, 13 de julio de 2011
Tres mujeres por el DF, ojalá
No sé si alguna vez, en la historia de México, tres mujeres han competido en la misma elección por un cargo de primer nivel.
Seguramente nunca ha ocurrido así, y es una pena. Pero, con algo de suerte y si las circunstancias se siguen acomodando, eso podría pasar el próximo año en los comicios para jefe de gobierno en el Distrito Federal. Sería una gran cosa para nuestra ciudad que ya ha dado muestras de su avanzada cultura política con la autorización de que se realicen matrimonios entre personas del mismo sexo y con la aprobación de la interrupción legal del embarazo. Veamos quiénes son y qué posibilidades tienen de triunfo tres mujeres profesionales de la política de los tres principales partidos, PAN, PRD y PRI.
En el Distrito Federal el PAN tiene todavía menos presencia que en el Estado de México. Por lo tanto, si el partido blanquiazul compitió en las elecciones mexiquenses con un candidato de relleno como Luis Felipe Bravo Mena, lo mismo podría hacer, en 2012, en la capital del país. No sería nada raro, pues, que el panismo, ante la certeza de la derrota, decidiera entregar la candidatura a la jefatura de gobierno del DF a una mujer como Mariana Gómez del Campo, sin posibilidades actualmente, pero que, en opinión del matrimonio integrado por Felipe Calderón y Margarita Zavala, podría crecer en el futuro. ¿Por qué la pareja Calderón-Zavala confía en Gómez del Campo? Pues nada más porque Mariana es prima de Margarita, por ninguna otra razón. Mariana Gómez del Campo, que presidió a su partido en el Distrito Federal y que ahora es diputada en la Asamblea Legislativa, tiene grandes posibilidades de ser la candidata panista a jefa de gobierno. Pero hasta ahí. Porque, de plano, son nulas sus posibilidades, no solo de alcanzar la victoria, sino inclusive de quedar en segundo lugar. El PRD no está lejos de nominar como su candidata a jefa de gobierno del Distrito Federal a una mujer, Alejandra Barrales, que encabeza todas las encuestas. La trayectoria de esta es mucho más amplia y destacada que la de Mariana Gómez del Campo. Barrales ha presidido a su partido en el DF, es diputada en la Asamblea Legislativa, en la que dirige la Comisión de Gobierno. Antes fue secretaria de Desarrollo Social en al gobierno de Michoacán, con Lázaro Cárdenas Batel, y Marcelo Ebrard la nombró secretaria de Turismo en el gobierno del Distrito Federal. Pero lo más importante que ha hecho ocurrió lejos de la política partidista y de la burocracia. Alejandra Barrales, desde muy joven, ha sido luchadora social. A los 22 años de edad se convirtió en secretaria general del Sindicato de Sobrecargos de México, en el que desarrolló tan buen papel que fue nombrada secretaria general de la Federación de Sindicatos de Empresas de Bienes y Servicios y, también, vicepresidenta de Asuntos Políticos de la Unión Nacional de Trabajadores. No sería raro que lograra la candidatura del PRD, y de los otros partidos de izquierda (PT y Convergencia), a la jefatura de gobierno del Distrito Federal. Y sería, sin duda, una candidata fuerte con posibilidades reales de alcanzar la victoria.
El problema para Barrales sería enfrentar a la priista Beatriz Paredes, experimentadísima política. Mujer culta y aun progresista, Paredes fue presidenta nacional del PRI, gobernadora de Tlaxcala, ha sido diputada varias veces, ha ocupado cargos importantes en la administración federal, ha sido embajadora, líder de la CNC, ha sido todo, pues, en el sistema priista. Buscará ser candidata a la jefatura de gobierno del DF porque, se supone, Enrique Peña Nieto es inalcanzable. Pero si Peña Nieto por cualquier razón se cayera, Beatriz Paredes disputaría al senador Manlio Fabio Beltrones la candidatura presidencial del PRI. Así de importante es la señora Paredes, a la que no conozco y en la que no confío (difícil para mí es confiar en gente priista), pero a la que concedo con objetividad analítica méritos de primer orden. Por eso, ella ha crecido mucho en las encuestas y si fuera candidata al DF podría, tal vez, empezar la contienda mejor ubicada en las encuestas de preferencias electorales que la candidata del PRD, el único partido que ha gobernado a la capital de México desde que aquí se elige a su gobernante.
Seguramente nunca ha ocurrido así, y es una pena. Pero, con algo de suerte y si las circunstancias se siguen acomodando, eso podría pasar el próximo año en los comicios para jefe de gobierno en el Distrito Federal. Sería una gran cosa para nuestra ciudad que ya ha dado muestras de su avanzada cultura política con la autorización de que se realicen matrimonios entre personas del mismo sexo y con la aprobación de la interrupción legal del embarazo. Veamos quiénes son y qué posibilidades tienen de triunfo tres mujeres profesionales de la política de los tres principales partidos, PAN, PRD y PRI.
En el Distrito Federal el PAN tiene todavía menos presencia que en el Estado de México. Por lo tanto, si el partido blanquiazul compitió en las elecciones mexiquenses con un candidato de relleno como Luis Felipe Bravo Mena, lo mismo podría hacer, en 2012, en la capital del país. No sería nada raro, pues, que el panismo, ante la certeza de la derrota, decidiera entregar la candidatura a la jefatura de gobierno del DF a una mujer como Mariana Gómez del Campo, sin posibilidades actualmente, pero que, en opinión del matrimonio integrado por Felipe Calderón y Margarita Zavala, podría crecer en el futuro. ¿Por qué la pareja Calderón-Zavala confía en Gómez del Campo? Pues nada más porque Mariana es prima de Margarita, por ninguna otra razón. Mariana Gómez del Campo, que presidió a su partido en el Distrito Federal y que ahora es diputada en la Asamblea Legislativa, tiene grandes posibilidades de ser la candidata panista a jefa de gobierno. Pero hasta ahí. Porque, de plano, son nulas sus posibilidades, no solo de alcanzar la victoria, sino inclusive de quedar en segundo lugar. El PRD no está lejos de nominar como su candidata a jefa de gobierno del Distrito Federal a una mujer, Alejandra Barrales, que encabeza todas las encuestas. La trayectoria de esta es mucho más amplia y destacada que la de Mariana Gómez del Campo. Barrales ha presidido a su partido en el DF, es diputada en la Asamblea Legislativa, en la que dirige la Comisión de Gobierno. Antes fue secretaria de Desarrollo Social en al gobierno de Michoacán, con Lázaro Cárdenas Batel, y Marcelo Ebrard la nombró secretaria de Turismo en el gobierno del Distrito Federal. Pero lo más importante que ha hecho ocurrió lejos de la política partidista y de la burocracia. Alejandra Barrales, desde muy joven, ha sido luchadora social. A los 22 años de edad se convirtió en secretaria general del Sindicato de Sobrecargos de México, en el que desarrolló tan buen papel que fue nombrada secretaria general de la Federación de Sindicatos de Empresas de Bienes y Servicios y, también, vicepresidenta de Asuntos Políticos de la Unión Nacional de Trabajadores. No sería raro que lograra la candidatura del PRD, y de los otros partidos de izquierda (PT y Convergencia), a la jefatura de gobierno del Distrito Federal. Y sería, sin duda, una candidata fuerte con posibilidades reales de alcanzar la victoria.
El problema para Barrales sería enfrentar a la priista Beatriz Paredes, experimentadísima política. Mujer culta y aun progresista, Paredes fue presidenta nacional del PRI, gobernadora de Tlaxcala, ha sido diputada varias veces, ha ocupado cargos importantes en la administración federal, ha sido embajadora, líder de la CNC, ha sido todo, pues, en el sistema priista. Buscará ser candidata a la jefatura de gobierno del DF porque, se supone, Enrique Peña Nieto es inalcanzable. Pero si Peña Nieto por cualquier razón se cayera, Beatriz Paredes disputaría al senador Manlio Fabio Beltrones la candidatura presidencial del PRI. Así de importante es la señora Paredes, a la que no conozco y en la que no confío (difícil para mí es confiar en gente priista), pero a la que concedo con objetividad analítica méritos de primer orden. Por eso, ella ha crecido mucho en las encuestas y si fuera candidata al DF podría, tal vez, empezar la contienda mejor ubicada en las encuestas de preferencias electorales que la candidata del PRD, el único partido que ha gobernado a la capital de México desde que aquí se elige a su gobernante.
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