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miércoles, 14 de diciembre de 2011
Peña Nieto, el peor tuitero del año
Enrique Peña Nieto es el peor tuitero del año no solo porque llegó tarde a la red, sino por todo lo que se dice de él. Razones políticas sobran o faltan a los tuiteros para decidir seguir o no a personajes como Enrique Peña Nieto. Pero, ¿por qué se ha ganado la mayor parte de las críticas que hoy abundan?
Enrique Peña Nieto es el peor tuitero del año, no porque lo haga mal, sino por el desprestigio del que se ha hecho acreedor en tiempo récord.
Enrique Peña Nieto es el peor tuitero del año porque se la ha pasado dando explicaciones desde el día uno, después de una twittcam de la que lo único que trascendió fueron las fallas técnicas.
Enrique Peña Nieto es el peor tuitero del año porque en la época de las redes sociales es altamente probable que los tuiteros y los feisbukeros en México ya le han hecho perder puntos, a pesar del absoluto apoyo con el que cuenta de los medios tradicionales de comunicación.
Enrique Peña Nieto es el peor tuitero del año porque en Twitter ya definió su imagen de inculto, sexista e insensible.
Veremos si las redes tienen la capacidad de transformar a personalidades como la del aspirante a la presidencia, quizá motivándolo al haber destapado una que otra debilidad que lo ha llevado a un desastre en su imagen mediática.
Les pregunto a ustedes, ¿quién podría ser un ejemplo del buen uso de redes? ¿A quién calificarían como el mejor tuitero del año y por qué?
lunes, 10 de octubre de 2011
En las redes rumbo al GDF, ventaja de @Ale_BarralesM y @navarretecarlos
Hace tiempo, en un sitio informativo, comparaban el desempeño en las redes sociales de internet de los aspirantes a la jefatura de gobierno del Distrito Federal. Decían ahí, en Sinemgargo.mx, que la “reina del Facebook es la diputada Alejandra Barrales.
Eso me llevó a analizar lo que hacen los precandidatos al GDF en Facebook y Twitter.
Pude confrontar la actividad de Barrales en Facebook con la que tienen Carlos Navarrete y Mario Delgado. Pero no pude cotejarla con lo que hacen Beatriz Paredes y Martí Batres en Facebook, ya que estos dos últimos o postean muy poco o de plano tienen perfiles privados.
Así las cosas, aunque Barrales postea menos que Navarrete y Delgado, en “likes”, comentarios y seguidores los supera a ambos.
En efecto, con 14 posts entre el 3 y el 7 de octubre, Alejandra Barrales tuvo 84 “likes” promedio por cada uno de ellos, 25.7 comentarios promedio también y alcanzaba 18 mil 375 seguidores.
Carlos Navarrete, con 29 posts en el mismo periodo, tenía 49 “likes” por post, 15.1 comentarios promedio y 10 mil 196 seguidores.
Por su parte, Mario Delgado entre el 3 y el 7 de octubre, con con 33 posts tuvo un promedio de 5 “likes”, 3.5 comentarios por post y apenas llegaba a 7 mil 660 seguidores.
En Twitter, el líder es Carlos Navarrete con 135 mil 195 seguidores; le sigue Beatriz Paredes con 17 mil 791 seguidores; en tercer lugar está Alejandra Barrales con 13 mil 305 seguidores; en cuarto Mario Delgado con 10 mil 968 seguidores, y en quinto Martí Batres con 7 mil 720 seguidores.
Dado que Facebook funciona mejor como herramienta de marketing que Twitter, la ventaja la lleva Barrales en el terreno de las redes sociales. Pero es evidente que ella debe mejorar su tuiteo.
El elevado número de seguidores de Paredes en Twitter lo atribuyo a un competente equipo de asesores, ya que ella tuitea poco y mal.
Navarrete, lo que sea de cada quien, es un activo tuitero que interactúa frecuentemente con sus seguidores, inclusive con quienes le critican. Su problema no está, desde luego, en las redes sociales, sino en la corriente del PRD en la que milita: la de los chuchos, que nomás no convence a nadie de ser realmente de izquierda.
Mario Delgado no lo hace del todo mal en Twitter y, como le sobra difusión en los medios tradicionales, tal vez va siendo hora de que entienda que su baja popularidad en las encuestas se deba a que él simple y sencillamente no nació con el don del carisma.
martes, 14 de junio de 2011
Las redes sociales y el factor sorpresa
En mi columna de ayer hablé de que si los políticos están acostumbrados a comprar “menciones positivas” en los medios tradicionales y eso es algo que les funciona, cuando intentan hacerlo en las redes sociales de internet fracasan totalmente. ¿Por qué? Porque en las redes abunda lo que en los medios falta: libertad.
Así lo probó el debate reciente entre los candidatos a gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, del PRI; Alejandro Encinas, del PRD-PT-Convergencia, y Luis Felipe Bravo Mena, del PAN. Los tres organizaron equipos de tuiteros profesionales o voluntarios para generar menciones positivas y ninguno tuvo éxito: la gente en Twitter y Facebook ignoró por completo los mensajes que ellos pretendieron lanzar o los temas que buscaron imponer como TT.
El panista Bravo Mena ni siquiera llamó la atención para ser criticado y el izquierdista Encinas, que se supone “ganó” el debate, no supo cómo vender esta idea. Fue Eruviel el que se llevó el show, de plano por una tontería.
Las mejillas coloreteadas de Eruviel ha sido el único tema de campaña en el Estado de México que realmente ha formado una caja de resonancia en Twitter, cuyos ecos se expandieron por toda la red social. Fueron tan notorios tales ecos que llegaron, y en qué forma, a los medios tradicionales.
El tema de #memaquillocomoeruviel pareció una estrategia de sus rivales políticos, pero no creo que lo haya sido. Funcionó porque a diferencia de #encinasgobernador, un tópico que a nadie importó, ponía el acento en lo negativo, no en lo positivo.
Una vez más los tuiteros criticones, que son la mayoría, decidieron presenciar un evento político buscando lo criticable, a diferencia de los simpatizantes que vieron el debate buscando lo elogiable.
Es fundamental entender que la llamada “contrapropaganda” suele ser más eficaz que la propaganda. Lo que más se recuerda de las presidenciales de 2006 es “López Obrador, un peligro para México”. Era mentira, pero cumplió su objetivo. En ese caso se trató de un profesional diseño de campaña, y tuvo impacto. En lo referente a #memaquillocomomeruviel, golpeó al candidato puntero pero nadie identificable estuvo detrás de ello. En mi opinión, es lo que a la gente llamó la atención y la creatividad tuitera se encargó de hacer crecer el tema.
El periodismo, y las redes lo son, solo funciona en negativo. Es decir, organizar en las redes sociales equipos para favorecer a alguien o a algo, no funciona. Lo contrario, la gente organizada a sí misma para molestar, tiene consecuencias de alto impacto. Esto es algo, básico en el periodismo, que no debería sorprender a nadie que más o menos conozca el oficio. Es que, como suele decirse, las buenas noticias no son noticia.
En el debate en el Estado de México se impusieron los tuiteros que buscaron lo ridículo del candidato rival. Los usuarios de Twitter vieron las chapitas de Eruviel, y todo se fue por ahí en las redes sociales. Confieso que yo no las había visto, pero en cuanto advertí que al priista lo comparaban en Twitter con Heidi, entendí que el candidato del PRI estaba en un problema. En el mismo acto también se ridiculizó de alguna manera a Encinas, ya que pasó a la historia tuitera como el abuelito de Heidi, es decir, de Eruviel.
Los mexicanos que han sido TT mundiales no lo han sido totalmente en positivo. Si entre nosotros algunos usuarios de Twitter han podido colarse entre los temas más mencionados en el planeta, ha sido por la burla.
Más o menos en positivo solo ha sido TT mundial en México la señora Carmen Aristegui o el Chicharito Hernández, pero este ha basado sus menciones en la potencia de los tuiteros británicos. Aristegui destacó mucho en Twitter por algo más o menos positivo: la habían golpeado y era necesario defenderla de una agresión el estado represor.
Recientemente la #marchadelasputas fue TT en México sin duda por defender una causa justa, pero también por original, porque era una marcha “rara”. Volvemos al inicio. Lo periodístico no es necesariamente lo importante, sino lo sorprendente, lo extraño, lo llamativo.
El supuesto dopaje de los seleccionados mexicanos con clembuterol, algo rarísimo, tuvo muchas más menciones en Twitter que el premio Príncipe de Asturias al neurocirujano mexicano Arturo Álvarez Buylla.
A diferencia de la marcha de las putas, que llamó mucho la atención por sorprendente, hace años nadie se daba cuenta de que, a diario, el Paseo de la Reforma se llenaba de personas desnudas, creo que de Antorcha Campesina, que protestaban quién sabe por qué. A estas personas, a pesar de su desnudez, los automovilistas terminamos por ignorarlos. Se convirtieron en parte del paisaje y en ese momento su protesta dejó de ser vista. Como se sabe, santo que no es visto no es adorado.
Si los candidatos no sorprenden, no son nota, punto. Es lo que pasó con Encinas y Bravo Mena. No sorprendieron y nadie ha comentado lo que hicieron en el debate. Para su desgracia, Eruviel sorprendió con sus coloreteados cachetes y fue uno de los TT con más menciones que ha habido en México.
En resumidas cuentas, creo que los estrategas en redes no deben ser expertos en Twitrer y Facebook, sino en comunicación periodística, y nada hay más periodístico que la sorpresa.
Desde ahora mismo anticipo una situación: no soy experta en comunicación en redes sociales. Solo doy mi opinión en mi blog como periodista, todavía inexperta, que soy. Se me empieza a buscar para discutir estos temas con políticos o con expertos en Twitter y Facebook. No lo haré. No tengo nada que aportar. Cualquier cosa que deba decir sobre este tema, la expresaré en mi blog, y será suficiente para mí.
El periodista no debe involucrarse de más con las fuentes. De hecho, el ideal es que no se involucre para nada. Por mi columna de ayer he recibido invitaciones a “intercambiar puntos de vista” con asesores expertos en el tema. No me interesa. Sin pretender ser mal educada, digo con toda claridad que no quiero ayudar o perjudicar a nadie, sino simplemente dar mi opinión, y ya la he dado, acerca de la utilización de las redes sociales en las campañas políticas, específicamente en la del Estado de México.
Sé que de mi columna de ayer llamaron la atención dos cosas:
La primera, lo que dije acerca de que los políticos están acostumbrados a comprar, lo que literalmente es cierto, noticias favorables en los medios. Y es lo que intentan en las redes sociales. En los medios tradicionales eso “funciona” porque son muy pocos, y de bajas audiencias, los medios realmente críticos y libres, casi ninguno electrónico (la excepción sería el noticiario de Aristegui). Las redes sociales, en cambio, son el espacio de la libertad por excelencia. Así que es inútil comprar menciones positivas donde hay millones de personas dialogando libremente.
Lo segundo que llamó la atención de mi columna de ayer fue el título, que a muchos pareció atrevido, polémico, sorprendente, para el debate: “Edomex: la derrota de las redes sociales”. Evidentemente me refería con eso a la mala utilización que tres candidatos han hecho de un instrumento tan poderoso. Tienen razón quienes me dijeron que los derrotados no fueron ni Twitter ni Facebook, sino los asesores de esos Eruviel Ávila, Alejandro Encinas y Luis Felipe Bravo Mena, que simple y sencillamente no han entendido nada sobre tal materia.
lunes, 13 de junio de 2011
Edomex: La derrota de las redes sociales
Hace un año, cuando ni siquiera estaban definidos los candidatos al gobierno del Estado de México de las tres principales fuerzas políticas nacionales, era un lugar común en la prensa la tesis de que las elecciones mexiquenses iban a ser muy importantes por tres razones:
(1) Porque se trata de la entidad más poblada y económicamente importante del país.
(2) Porque tales comicios iban a ser un ensayo de las presidenciales de 2012.
(3) Porque iba a ser la contienda electoral de las redes sociales,
La importancia demográfica y económica del Estado de México no ha disminuido en un año, y tal vez hasta ha aumentado, pero si el proceso electoral en marcha es un ensayo de 2012, pues, no hay duda, qué insípidos comicios presidenciales conoceremos el próximo año, si no por otra circunstancia, porque las actuales campañas en el Edomex han sido cualquier cosa menos innovadoras, lo que es evidente en el pobre manejo que los tres candidatos a gobernador han hecho de Twitter y Facebook.
Ni Alejandro Encinas, del PRD, ni Eruviel Ávila, del PRI, ni Luis Felipe Bravo Mena, del PAN, han logrado impactar seriamente en las redes sociales de internet. ¿Por qué? Porque ellos y sus colaboradores simple y sencillamente no saben usarlas. Esta es la verdad: no saben.
Estoy segura (porque tengo información al respecto) de que los tres candidatos han invertido importantes cantidades de dinero en asesoría y operación de Twitter y Facebook. Pero ha sido, literalmente, dinero tirado a la basura porque, sin duda, los resultados de tales proyectos han sido nulos.
¿Qué es lo que han hecho mal? Confiar el tema de las redes sociales a las personas equivocadas. Es que, no debería ser tan difícil entenderlo, saber de mercadotecnia electoral no garantiza conocer los secretos de las redes sociales, que no son tecnológicos, sino simple y llanamente comunicacionales.
La comunicación, en general, tiene reglas. Y en Twitter y Facebook tiene reglas específicas que ni Encinas ni Eruviel ni Bravo Mena han respetado. Estos políticos y sus equipos no han pasado de tratar de imponer algunos temas a través del fácil, pero ineficaz, procedimiento de repetirlos hasta la saciedad en las redes sociales. No lo han logrado porque la gente simple y sencillamente los ha ignorado. Y han sido ignorados porque, al actuar en las redes, se les nota la intención política.
Los candidatos a gobernador del Estado de México y sus equipos han saturado las redes sociales y el resto de los espacios de internet con mensajes que no llegan, que no impactan, que no conmueven y que, por lo mismo, no interesan y son ignorados. Recursos han invertido, y bastantes; se nota al abrir cualquier página web. Pero no pasan la elemental prueba de ser tomados en cuenta por la gente no manipulada ni manipulable que a diario utiliza Twitter y Facebook para comunicarse.
No daré consejos a los equipos de campaña del PAN, del PRD y del PRI. Ni me corresponde ni sabría qué decirles ya que, está claro, no soy asesora electoral en materia de redes sociales. Solo diré, como una usuaria más de Twitter y Facebook, que una presencia efectiva en estas redes no se logra a base de billetes. Claro que no.
Creo que el problema de fondo, en la elección mexiquense tiene que ver con una confusión: pensar que a Twitter y a Facebook se les puede manipular como se manipulan los medios de comunicación tradicionales: pagando. En los medios no se comunica, se compra. En efecto, los políticos se han acostumbrado a adquirir espacios privilegiados en las páginas de los diarios o en los noticiarios de radio y TV.
Pero en internet eso no funciona. Si los medios se venden e imponen la nota que se les antoje a sus lectores, en las redes sociales solo se consumen los mensajes fabricados con algo muy distinto al dinero: honestidad, pasión, sentido del humor, sensatez y buena fe.
viernes, 15 de abril de 2011
Lo que faltaba: Twitter en crisis
La prensa española especializada en economía no sé si sea la mejor del mundo. Pero me agrada, desde luego mucho más que la mexicana que va del chisme barato a la formalidad cursis sin pasar por el análisis serio ni por la información dura.
El caso es que veo en www.elecomomista.es una nota que habla de problemas en la empresa Twitter. Aquí la información completa http://www.eleconomista.es/ empresas-finanzas/noticias/ 2991591/04/11/Twitter-rechazo- 10000-millones-de-Google- ahora-podria-arrepentirse-de- haberlo-hecho.html.
¿Qué pasa en Twitter?
Hace no muchos meses, Twitter rechazó una oferta de 10 mil millones que Google le hizo. El problema es que esos 10 mil millones son más del doble de lo que Twitter vale ahora, más o menos 3 mil 700 millones de dólares.
La situación en Twitter no es la mejor. Su tráfico se ha estancado. Según www.eleconomista.es “la reciente evolución de la compañía no es especialmente positiva para alguien que hace apenas dos años era el mayor pelotazo de Internet. Su tráfico en EEUU se ha estancado, los usuarios pasan cada vez menos tiempo y aproximadamente la mitad de las cuentas de Twitter no están activas, según los datos de enero de ExactTarget”.
Y dice más ese sitio español dedicado al análisis de los negocios: “La popularidad de Twitter es difícil de medir, ya que mucha gente utiliza el servicio a través de programas como TweetDeck, lo que complica calcular la audiencia. Según la empresa, tiene alrededor de 200 millones de cuentas registradas, pero los usuarios pueden tener varias. Además, mantiene que cada día hay aproximadamente 155 millones de tweets, aunque muchos de ellos los realizan máquinas, no seres humanos”.
Para colmo, los ingresos son escasos: “Desde el punto de vista financiero, tampoco consigue despegar, a pesar de los últimos esfuerzos por rentabilizar la enorme base de usuarios… en 2010, Twitter sólo consiguió unos ingresos publicitarios de 45 millones de dólares, lo que contrasta con los 1.860 millones que obtuvo Facebook”.
Y, bueno, la vuelta a la dirección de Jack Dorsey no ha sido del todo afortunada, ya que él trabaja para Twitter de tiempo parcial, ya que también encabeza a la empresa Square.
Hay, por si no fuera bastante, mucha grilla en Twitter: “Su consejo de administración está formado por gente que parece no tener control de las personalidades de sus miembros, incluidos las de los tres fundadores, Dorsey, Biz Stone y Evan Williams, que han alcanzado status de celebrities. Se realizan consejos de administración secretos, hay luchas de poder intestinas y una pléyade de consultores y asociados que tratan de aprovecharse de la situación. Además, los fundadores no se llevan especialmente bien: el día de la vuelta de Dorsey, Williams abandonó sus quehaceres diarios”.
Según Fortune, Twitter surgió de la anarquía, ya que muchos de sus desarrollos los hicieron los usuarios, no la empresa, como los hashtags o los retweets.
¿Tiene futuro Twitter? Al parecer, no muy luminoso en términos de rentabilidad y capitalización. Pero, eso sí, al menos en el corto plazo seguirá siendo el medio de medios. Y para nosotros eso es suficiente.
jueves, 24 de marzo de 2011
Iniciativa México: buenas intenciones, dudosa eficacia
Muchos y muy grandes e importantes medios firmaron, en el contexto de Iniciativa México, el “Acuerdo para la cobertura informativa de la violencia”. La idea, que no suena mal, es no interferir con el combate al crimen organizado y evitar ser voceros de la delincuencia.
El problema radica en que, dice el refrán, el infierno está empedrado de buenas intenciones. ¿Qué quiero decir con esto? Que si bien el acuerdo lo firmaron muchos y muy grandes e importantes medios de comunicación, al menos cinco medios fundamentales en México no lo hicieron.
1. No firmó el acuerdo el diario de derecha más influyente que hay en México: Reforma, dirigido por Alejandro Junco de la Vega.
2. No firmó el acuerdo el diario de izquierda más influyente que hay en México: La Jornada, dirigido por Carmen Lira.
3. No firmó el acuerdo la revista política más importante en la historia de México: Proceso, fundada por un periodista de leyenda, don Julio Scherer.
4. No firmó el acuerdo la estación de radio que más polémica levanta en México: MVS, a través de cuyos micrófonos se expresa Carmen Aristegui, una periodista crítica que es toda una celebridad en nuestro país.
Poca eficacia tendrá el “Acuerdo para la cobertura informativa de la violencia” si esos cuatro medios tan influyentes no lo firmaron (y no son los únicos: algunos muy importante en provincia tampoco lo hicieron, como el Por Esto de la Península de Yucatán).
Pero, lo peor para el acuerdo promovido sobre todo por Televisa, TV Azteca y los grupos radiofónicos más grandes de México, es que no lo firmaron los medios alternativos, cada día con más lectores, ni ese pacto podrá regular a las redes sociales de internet Twitter y Facebook que son, hoy en día, mucho más influyentes que todos los medios tradicionales de comunicación juntos.
Así que si los medios que firmaron el acuerdo limitan sus informaciones para no interferir en la guerra contra el narco, el público se irá a los medios que no firmaron y que podrán, con entera libertad, seguir contando con crudeza lo que pase. Eso significará un aumento en las audiencias de Reforma, La Jornada, Proceso y MVS. Y, sobre todo, si los medios que han decidido actuar “responsablemente” dejan de informar lo que no sea conveniente, la gente se irá a buscarlo a internet, donde con toda seguridad lo encontrará.
No veo cómo, existiendo Twitter, Facebook y cientos y hasta miles de blogs, la gente dejará de contar y dejará de escuchar todas las historias, las buenas y las malas.
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