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sábado, 7 de mayo de 2011

Y Calderón dice: Háganle como quieran

Imagen tomada del sitio de internet del diario Reforma www.reforma.com


Pues vaya nota que dio el diario Reforma, sobre todo por la fotografía que la ilustra. Felipe Calderón Hinojosa, en 1997, bastante más joven que ahora pero evidentemente con mayor peso, cargando a su hijo mayor, entonces un bebé, y acompañado por su esposa Margarita Zavala participaron en un mitin en el centro de la ciudad de México para decirle al entonces presidente de la república, el priista Ernesto Zedillo, lo siguiente: "¡Ya basta!, presidente. ¡Exigimos seguridad!".

Actualmente, aunque se parezca en la forma, el reclamo de la sociedad es mucho más serio: ya no el ¡ya basta de inseguridad!, sino ¡ya basta de sangre!

En 1997, en el país de Zedillo, la gente estaba harta de los robos, los asaltos, los secuestros express, etc. Calderón y su señora, naturalmente hicieron lo correcto al salir a la calle a protestar contra un gobierno, el de Zedillo, que no podía mantener a raya a la delincuencia común.

Zedillo, obviamente no entendió esa manifestación en su contra como no entendió ninguna otra, y procedió, si no a descalificarla, a ignorarla. Zedillo aplicó la clásica de su antecesor Carlos Salinas de Gortari: ni los veo ni los oigo.

En la actualidad, en un gobierno, el de Calderón, que lanzó una claramente fallida guerra contra las mafias del narcotráfico, 40 mil asesinados justifican plenamente la protesta que ya no tiene que ver con los estragos causados por la delincuencia común. Los cientos de miles de personas que marcharemos mañana en diversos lugares del país, ya lo que pedimos es únicamente tener que sufrir por los actos delictivos de los ladrones y los asaltantes no organizados ni armados por grandes intereses mafiosos. Seríamos felices si al menos regresáramos a los niveles de inseguridad de 1997.

Calderón, actual inquilino en Los Pinos, no está actuando como Zedillo frente a la marcha de mañana domingo. Es decir, no se está concretando a ignorar la protesta, sino que evidentemente, con mercadotecnia muy barata está intentando manipularla. Con ingenuidad, Calderón ha decidido utilizar todos los recursos de comunicación y propaganda del gobierno para buscar convencer a la gente de que si bien la marcha es legítima porque existe el derecho a la inconformidad, no hay nada más que hacer que seguir adelante con su guerra sin sentido. Es decir, para que no quede ninguna duda, Calderón desde días antes de la marcha ya mandó decir a los ciudadanos que protestarán que está muy bien que salgan a la calle, pero que él, al fin el jefe del Ejecutivo, no va a cambiar su estrategia ni siquiera poquito. Háganle como quieran, es ya desde antes de que la marcha en la ciudad de México inicie, la respuesta del señor Calderón.

jueves, 28 de abril de 2011

Los segundones o el síndrome Príncipe Carlos

Por lo que se ve, el príncipe Carlos de Inglaterra, que ha esperado una larga vida para ocupar el primer sitio en la monarquía británica, no llegará nunca a esa posición. Cada día más viejo, cada día más marginado, cada día menos relevante que su madre, la reina, y que sus propios hijos, Carlos parece destinado a ser el paradigma del eterno segundón. Lo bueno para él es que se ve feliz sin las responsabilidades, las obligaciones y las tensiones propias de ser el número uno.

No estoy inventando ninguna teoría con esto del síndrome del príncipe Carlos. Admito que leí una nota relacionada con tal concepto en www.expansion.com, en la que un profesor de negocios teoriza acerca del papel de los eficaces colaboradores de los líderes empresariales. Se trata de personas competentes, leales y muy trabajadoras que se contentan con cubrir las espaldas de un director general recibiendo a cambio un buen salario y magníficas prestaciones, eso sí, sin aspirar nunca a sustituirlo.

En Televisa, ahora muy de moda gracias a la señora Paula Cusi, hay un dirigente máximo y tres segundones que ganan lo que quieren y son inmensamente felices porque, en última instancia, si hay problemas terminan siendo del número uno. Es claro que el jefe en esta televisora es Emilio Azcárraga Jean y sus segundones son Bernardo Gómez, Alfonso de Angoitia y José Bastón.

El empresario fundador de El País, Jesús de Polanco, comentó un día que había podido levantar un imperio mediático gracias al talento de sus segundones, especialmente del escritor Juan Luis Cebrián, que aportaron la creatividad y que se llevaron todos los méritos intelectuales, dejándole a él, al señor Polanco, el único privilegio de siempre haber puesto el trasero para que le dieran de patadas los numerosos políticos y empresarios que se sentían lastimados por las grandiosas hazañas de sus colaboradores.

Lo anterior significa que ser segundón es cómodo, inclusive muy gratificante y en las grandes organizaciones una ocupación muy rentable que se ejerce con cierto estrés, pero no con todo el estrés que se tiene que tragar completito el número uno.

En la política abundan los segundones famosos que terminan pasándosela extraordinariamente bien porque saben servir con eficacia y lealtad a un líder que es el que recibe todos los golpes.

Un excelente segundón muy conocido entre nosotros es Emilio Gamboa Patrón. Fue un importantísimo secretario particular de Miguel de la Madrid, un leal funcionario al servicio de Carlos Salinas de Gortari, un buen colaborador de Ernesto Zedillo, un sobreviviente priista cuando el PAN llegó al poder al que no despeinaron los vientos en contra porque se puso detrás de Roberto Madrazo y es ahora uno de los políticos que, sin duda, estará en el gabinete de Enrique Peña Nieto si este llega al poder. Gamboa ha pasado por dos o tres crisis, que son poquita cosa comparadas con las tormentas que han sacudido a todos sus jefes.

Otro segundón de la política bastante famoso es Marcelo Ebrard Casaubón. El 80% de su carrera la hizo a la sombra de Manuel Camacho Solís, y cuando Camacho cayó en desgracia se las arregló para crecer como un colaborador de Andrés Manuel López Obrador. Cuando Ebrard llegó a la jefatura de gobierno del Distrito Federal parecía que al fin iba a ser un número uno, pero se topó con la obstinación de López Obrador que nunca lo dejó moverse libremente y que hasta se dio el lujo de imponerle aquel arreglo político de Juanito y Clara Brugada en Iztapalapa. Lo peor, para Ebrard, vino cuando decidió que necesitaba ayuda para independizarse de AMLO. La buscó y la encontró en su jefe de tantos años, Manuel Camacho, con lo que Marcelo perdió todavía más autonomía.

Otro segundón que siempre dio la impresión de tener madera de líder, pero que no se atrevió a serlo, es el senador Manlio Fabio Beltrones. Empezó como colaborador de don Fernando Gutiérrez Barrios, de ahí pasó al equipo de Carlos Salinas, después aceptó el liderazgo de Luis Donaldo Colosio, no se reveló cuando Ernesto Zedillo lo maltrató, se convirtió en el número dos de Roberto Madrazo luego de la derrota del PRI en el año 2000, y en el actual sexenio, cuando pudo ser el principal priista del país, se disciplinó tanto que, paralizado, permitió que Salinas y Televisa construyeran la candidatura de Enrique Peña Nieto, dejándolo a él, a Beltrones, nuevamente como un segundón.

Gran segundón de Ernesto Zedillo, con muchísimo poder en su momento, fue Liébano Saenz, quien en la sombra, oculto en la secretaría particular de Los Pinos, manejó buena parte de la política mexicana disfrutando con ello de las mieles del poder sin pagar el costo de las hieles de la responsabilidad de ser el número uno.

Segundones sobran. Les va muy bien. Trabajan, sin duda, se estresan porque saben que no deben descansar en su tarea de cuidar al líder. Pero nunca tienen las responsabilidades gigantescas que alteran la presión arterial, destruyen el estómago y desestabilizan el sistema nervioso de un número uno.

lunes, 25 de abril de 2011

Las noticias después de vacaciones

Qué abuso del gobierno del Distrito Federal, que en la colonia Del Valle ha vendido con olímpica desfachatez un tramo de la calle Enrique C. Rébsamen, entre Pilares y Miguel Laurent, a la Comercial Mexicana para que esta empresa amplíe su estacionamiento. Por eso la Rayuela, de La Jornada, habla de que “el fantasma de Santa Anna se pasea por la ciudad de México. Así como su Alteza Serenísima cobró impuestos por las ventanas y vendió La Mesilla, ahora se venden las calles a particulares”. Se está ganando Marcelo Ebrard Casaubón, y a pulso, el repudio de los ciudadanos.

Por otro lado, me entero de que, por cada litro de gasolina vendido en las estaciones de servicio de Pemex, la gente recibe 9.5 por ciento menos de lo que debería recibir. Esto significa un fraude masivo de aproximadamente 47 mil millones de pesos anuales, que denuncia la Secretaría de Economía, pero que ni esta ni ninguna otra dependencia corrige.

Y el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero…ya había dicho que con 6 mil pesos de salario se puede pagar casa, coche y escuela privada y ahora, burlándose de los mexicanos, de plano, dice que en México tenemos las gasolinas más baratas. El señor vive en un mundo que no existe.

 Y el IFE, el IFE… El Instituto Federal Electoral pagó 406 mil pesos a la empresa Nglobe por un monitoreo, ¡de un mes!, de Twitter. Gratis les habría salido a los señores consejeros electorales simplemente bajar el TweetDeck que cualquier tuitero más o menos espabilado utiliza. Además, el IFE derrochó 1.2 millones de pesos en una asesoría para entrevistas en los medios de comunicación. El exceso mayor detectado fue de 67.8 millones de pesos en “vales de despensa navideños y de Día de Reyes”. Irresponsable instituto, de plano.

En La Laguna, tristemente, un ganadero socio de la empresa Lala, Carlos Ignacio Valdés Berlanga, de 61 años de edad fue asesinado afuera de su casa mientras se resistía a ser secuestrado. No parece estar sirviendo para gran cosa la guerra contra el organizado de Felipe Calderón. De hecho, un experto de la marina mexicana, en su tesis para una institución académica militar de Estados Unidos, ha dicho que esa es una guerra que se prolongará y que no se ganará porque ha sido mal planteada y peor ejecutada.
¡Y veo a Carlos Salinas de Gortari como columnista, al mismo tiempo, en El Universal y en Reforma! Hace días lo fue de Milenio y… Y, ya sabe, pues, quién manda en el país.

Leo sobre el fallecimiento, lamentable, del poeta chileno Gonzalo Rojas, quien de sí mismo dijo: “Soy un inconcluso”.

Noticia no tan mala, pero sí curiosa es que, al parecer Nicolás Sarkozy y Carla Bruni van a tener un hijo. Ella, a sus 43 años… en fin, espero que no se le complique y que sean felices para siempre.

Noticia pésima es que ya no hay duda de que la Ley de Seguridad que quieren aprobar el PRI y el PAN es la antesala del fascismo en México.

Como entre nosotros es popular, busco en Google “Juan Pablo” para saber qué se piensa en otras partes de la beatificación del Papa amigo. Pero las primeras referencias que aparecen no son de Juan Pablo II, sino de un corredor de autos ya venido a menos: Juan Pablo Montoya.

¡Y ya viene la cursilería de la boda real! Si todas las bodas son, pues eso, las de la realeza con mayor razón.  Me consideraba afortunada porque, por mi edad, apenas me enteré del casamiento de la princesa Diana, pero los castigos del destino a todos nos alcanzan, y de esta boda no me voy a salvar. Qué horror.

Con tanta mala noticia ya me entró el temor de que el Real Madrid vuelva a ganar al Barça, otra vez con los catalanes jugando mejor.

Para colmo, Joan Sebastian se cayó de su caballo y está internado en un hospital. Si algo le pasara, la música culta universal… se quedaría como si nada. ¿Quién es Joan Sebastian?

Lo único bueno es que los Pumas siguen de líderes… y sí, que el Chicharito no deja de anotar goles en Inglaterra. Fuera de eso, ¡qué desastre nos plantean las noticias!

Así comenzamos después de las vacaciones.