El Universal la menciona como una de las posibilidades del Partido Nueva Alianza, el de la maestra Elba Esther Gordillo, para postularla como candidata a la Presidencia de la República.
En Milenio se dice otra cosa: que Rosario Robles, ex perredista que ocupó interinamente la jefatura de gobierno del Distrito Federal, es amiga de Enrique Peña Nieto y que, por esa razón, será candidata del PRI al Senado en la capital del país.
¿Tiene Rosario suficiente fuerza como para representar dignamente a un partido chico como el PANAL en la elección presidencial? ¿Podría ella contribuir a la victoria priista en el DF?
Los días de gloria de Rosario Robles hace mucho tiempo se fueron y el recuerdo principal que ella dejó de su paso por la política no fue el de la exitosa colaboradora de Cuauhtémoc Cárdenas, sino el de la ingenua compañera del desprestigiado empresario Carlos Ahumada.
Desde hace tiempo se dedica a la asesoría de políticos, tarea en la que no ha destacado, y se ha refugiado en ciertos espacios mediáticos, lo que le ha permitido conservar presencia en la opinión pública, pero la verdad es que ella está lejos de ser una figura de primer nivel en el periodismo mexicano.
Si pactara con Elba Esther y se fuera al PANAL como candidata presidencial repetiría lo hecho por Roberto Campa en 2006, es decir, obtendría muy pocos votos, con el agravante de que si no consiguiera los suficientes como para que ese partido conservara su registro (algo realmente muy probable), a Rosario Robles se le culparía y, desde luego, si bien sería injusto hacerlo, su carrera política terminaría ahí.
Creo que si Rosario es inteligente, y seguramente lo es, buscará ser candidata a senadora por el PRI en el DF. No es seguro que logre la victoria, pero podría complementar muy bien a la priista Beatriz Paredes quien, pese a que lo intenta y tal vez lo merece, no termina de convencer de que ella es realmente una protagonista de la política con mentalidad progresista.
Para Miguel Ángel Mancera sería complicado participar en una elección frente a numerosas mujeres: Paredes, Wallace y, quizá, Rosario por el lado de la candidatura al Senado.
No me parece el mejor escenario para el ex procurador capitalino andar de bendito entre las mujeres. ¿Qué debe hacer Mancera? Rodearse de más figuras femeninas, que en el PRD sobran.
Y, desde luego, Mancera tendría que exigir a Marcelo Ebrard y a Manuel Camacho que convenzan ya, cuanto antes, a Alejandra Barrales de que busque ser senadora por la izquierda en el Distrito Federal.
Porque Barrales, hay que recordarlo, sigue siendo la mujer más popular en la capital mexicana.
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lunes, 23 de enero de 2012
¿Rosario Robles al PANAL? ¿Al PRI? ¿Y Barrales? ¿Y Mancera?
miércoles, 5 de octubre de 2011
Poncho Romo… 17 años tarde
He escuchado no pocas críticas al empresario Alfonso Romo, el más reciente “adquisición” empresarial realizada por el equipo de Andrés Manuel López Obrador.
No me voy a meter a juzgar si Romo es un buen o mal ciudadano. Solo diré, brevemente, que su incursión en la izquierda llegó 17 años tarde.
Hace 17 años Romo era un “gran empresario”. Hoy, no lo es. Quebró, y no hay más que decir.
Lo normal en la vida empresarial es el éxito seguido del fracaso. Los que hoy están arriba, mañana estarán abajo.
Pero en un mundo como el nuestro en el que las masas se dejan llevar por los triunfadores, es una pena que un empresario destacadísimo hace 17 años no haya apoyado a la izquierda cuando su nombre y su fama tenían un gran valor.
Si Romo, cuando era DON Alfonso Romo, en 1994 hubiera apoyado a Cuauhtémoc Cárdenas, hoy México sería distinto.
No lo hizo porque en 1994, cuando el Poncho semiquebrado de hoy era Poncho el gran magnate, él estaba muy cerca del PRI y de Carlos Salinas y del PAN y de Manuel Clouthier… y estaba muy lejos de Cárdenas y la izquierda.
Cuando dejó de ser importante Poncho fue que decidió olvidarse del PRI y del PAN… y acercarse a la izquierda.
El fracaso lo hizo cambiar de bando y eso es triste.
¿Qué le aportará Poncho Romo a López Obrador? No mucho, no gran cosa. Ese empresario, insisto, llegó a la izquierda nada más con 17 años de retraso.
domingo, 1 de mayo de 2011
Salinas en el pantano
El pasado 25 de abril comenté en este blog acerca de dos columnas, en dos diferentes diarios nacionales, firmadas por el ex presidente Carlos Salinas de Gortari. Dije que a Salinas, con sus cada día más frecuentes apariciones en público, lo que menos le importa es el fondo de los temas que trata o de los problemas que debate. Este hombre sigue buscando, y sigue sin encontrar, la fórmula que lo reivindique ante la opinión pública mexicana, que termine por limpiar su imagen muy sucia desde los trágicos acontecimientos de 1994.
Expresé que ni Gustavo Díaz Ordaz ha sido tan cuestionado y tan repudiado como Carlos Salinas de Gortari. Es comprensible que así sea, ya que si Salinas llegó de mala forma al poder (mediante el fraude electoral en contra de Cuahutémoc Cárdenas), dejó la presidencia de una manera todavía peor: heredando un conflicto en Chiapas, sin resolver los asesinatos de Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruíz Massieu y dejándole a su sucesor, Ernesto Zedillo, un país absolutamente preparado para entrar en la peor crisis económica, y entró.
Hoy leo en Reforma un duro artículo de Gabriel Zaid en el que pone en su lugar a Carlos Salinas. Incluso abusando de su superioridad intelectual, el escritor le dice lo siguiente al ex presidente: "Desesperado porque le hagan un poquito de caso, Carlos Salinas de Gortari está en campaña de `Aquí toy´. (No se olviden de mí, ahora que vamos a recuperar la presidencia. El PRI necesita intelectuales de peso). Ha publicado dos libros de a kilo, como si el gramaje diera peso a los argumentos."
Realmente los libros "de a kilo" del señor Salinas dan pena. No he tenido la intención de leerlos, pero por rigor intelectual los tuve en mis manos un par de días (me los prestó un amigo) y en el primer repaso que les di caí en la cuenta de que están basados en fantasías que el señor Salinas fabricó para convencerse a sí mismo de que él, a diferencia de lo que piensan casi todos los mexicanos informados, fue un gran gobernante de México. Por esta razón desistí de leer al ex presidente. No tiene caso, él no sólo no es objetivo, sino que está lejos de ser intelectualmente honesto. Porque se vale, inclusive en la ciencia, analizar un problema sin objetividad siempre y cuando se actúe con honradez. No es el caso de Salinas.
Desde luego, recomiendo el texto de Gabriel Zaid "Ni lo ven ni lo oyen" http://www.reforma.com/editoriales/nacional/606/1210267/. Es muy buen análisis de las mentiras que Salinas se contaba a sí mismo y nos contaba a todos los mexicanos durante su gobierno, mentiras que ahora repite con espectacular cinismo en sus libros.
Es que, carambas, ¡miente en todo!
Hace unas pocas semanas, el ex presidente reunió en su casa a un grupo de jóvenes priistas de todo el país muy interesados en el desarrollo de internet y muy activos en las redes sociales. Los invitaron de parte de Salinas a discutir con tan importante figura política asuntos como la trascendencia actual de internet, el alcance de twitter, la revolución que ha provocado facebook, etc. A los cinco minutos de haber iniciado la reunión, los internautas priistas entendieron que Salinas iba a hablar de cualquier cosa menos de internet y redes sociales, temas que simple y sencillamente no conoce. ¿De qué les habló Salinas? Pues de su libro, de qué más. No sólo los aburrió con su perorata, sino que los decepcionó ya que, es un hecho, ningún líder medianamente eficaz en el mundo actual desconoce la relevancia de internet.
Engañados, los mencionados jóvenes priistas acudieron al domicilio de Carlos Salinas en la ciudad de México no para conocer el punto de vista de un político sobre las redes sociales, sino para ser adoctrinados en la única biblia en la que cree Carlos Salinas de Gortari, sus libros "de a kilo".
Ya entenderá Salinas que, sobre todo por los asesinatos políticos de 1994, él se mueve en un pantano, de tal modo que mientras más se mueve más se hunde. Le iría mejor si ya se quedara quieto.
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