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jueves, 7 de abril de 2011

#MarchaNacional desde Cuernavaca, Morelos

La unión entre mexicanos aparece raras veces. Y siempre ante las grandes crisis. Histórico día el de ayer para millones de nosotros, fundidos en un todo a nivel nacional con una sola intención y en un acto de solemne solidaridad. Trascendiendo el límite de la distancia, muchos otros mexicanos en países extranjeros se sumaron a la pacífica movilización que, por la tarde del miércoles 6 de abril, tuvo lugar en muchos y distintos puntos del país. ¡Qué movilización hubo, en las calles y en las redes sociales!

Lo que yo pueda relatar se quedará corto, pues las palabras siguen siendo cosa limitada para expresar lo vivido y sufrido a causa de la violencia y de una absurda guerra. Los hechos, el número de muertos y la respuesta de la gente a la enorme necesidad de poner un alto tanto a políticos omisos como a criminales, hablan ya por sí solos. Hablan de un error garrafal de quien enloquece por querer tener la razón en algo que, evidentemente, ha destruido a la nación.

Ayer me di la oportunidad de participar en la principal caminata ciudadana por la paz y la justicia en Cuernavaca, Morelos. La marcha fue encabezada por los padres de familia de las víctimas de la Guardería ABC, por el conocido poeta Javier Sicilia, padre del asesinado Juan Francisco, y por familiares y amigos de las otras víctimas.

Arrancamos desde la glorieta de la Paloma de la Paz, hasta llegar al zócalo morelense. La ciudadanía respondió al llamado del señor Sicilia de una forma mucho muy conmovedora. Vestidos de blanco, flores rojas y blancas en manos de muchos. Pancartas y mantas con reclamos en tono desesperado. Gestos fraternales entre todos los presentes. Escenas que guardaré en mi memoria al haber estado cerca de los más cercanos a las víctimas.

Durante la caminata la gente gritaba, entre otras cosas: "Autoridades omisas, el pueblo se organiza", "México quiere paz, el gobierno es incapaz", "Más poesía, menos policía", "México despierta, están matando a tus hijos", "Con justicia y dignidad, Morelos quiere paz", "Morelos no es cuartel, fuera el ejército de él", "Javier Sicilia, esta es tu familia".

Y es que, no podemos hablar del crimen organizado sin hablar de nuestro gobierno corrupto. Las autoridades, quizá una vez más, se mostrarán indiferentes ante los hechos. El resultado de esto será que ellos, al dejar sus funciones o cargos públicos, no podrán vivir tranquilos en este, nuestro México sumido ya en las secuelas de los daños producto de una brutal violencia.

A pesar de ello, sigo convencida de que es posible un cambio. Es un hecho, la ciudadanía ya lo está buscando.

miércoles, 6 de abril de 2011

Políticos indignos

No merecen nuestro reconocimiento. Su labor o función ha sido del todo corrompida. Y aunque es cierto que esto no es nuevo, la mezquindad y el extremo de la insolencia hoy es producto de nuestro México querido, pero ya destruido.

Patética realidad que hoy nos orilla a enfrentar tanto a políticos como criminales. ¿Qué no son de la misma clase? No hay para los ciudadanos diferencia alguna entre unos y otros. Culpables o no, son responsables del daño y del dolor que nuestra nación hoy sufre.

Políticos fracasados son. Pues antes se consideraba una actividad suprema la de proteger y brindar a la ciudadanía todo aquello que significara un bien, común y mayor.

Como muchos otros mexicanos, hoy me invade un sentimiento de inmensa frustración. Esta clase política nuestra, imposible de ser considerada digna del respeto de la ciudadanía que quiere un México pacífico, una vida respetada y respetable y la oportunidad de progreso no sólo sostenible sino permanente. Eso, parece ser, no está en los planes de nuestros dirigentes. Y dudo que lo esté...

Políticos indignos de la lucha y trabajo mexicano. Indignos. No son ni serán parte del cambio que pudiera ser posible sólo si nosotros lo buscamos y propiciamos. No será necesario depositar nuestra confianza en ninguno de ellos, pues su práctica es y será contradictoria, corrupta y falsa, como hasta ahora ha sido y sigue siendo.

Ellos son así. Políticos y criminales, criminales y políticos. Difícil encontrar la diferencia entre unos y otros. Actúan de la misma forma.

En unas horas estaré en Cuernavaca, Morelos. Acompañada por parte del equipo con quien colaboro, participaré en la caminata ciudadana por la paz y la justicia. Al terminar el evento me reuniré con el señor Sicilia. A pesar de que Javier Sicilia ha sido entrevistado ya muchas veces por medios locales y nacionales, yo me daré la oportunidad de escucharlo una vez más, en ésta ocasión personalmente.

Todo cuanto ocurra será para mi detalle que podré compartir con ustedes. Me daré a la tarea de no perder ningún dato. Partiremos de la Glorieta de la Paz a las 17:00 hasta llegar al Zócalo de Cuernavaca, Morelos.

Segura estoy de que hoy seremos millones en toda la República participando de forma consciente para exigir la seguridad y tranquilidad que nos ha quitado el odio entre criminales, entre altos (y, en realidad, muy bajos) funcionarios públicos, junto al berrinche del mandatario con su secuela de errores y fracasos.