Hoy por la mañana, desde muy temprano, dediqué tiempo para revisar los principales diarios de la ciudad de Coahuila y, palabras más, palabras menos, esto es lo que me encontré:
En Milenio Diario (Coahuila): Viven en TSM momentos de pánico. Autoridades reportan un policía municipal lesionado. Suspenden partido entre Santos Laguna y Morelia.
En Vanguardia: Caos entre jugadores y aficionados. Terror por balacera en juego de Santos. Suspenden encuentro por tiroteo entre autoridades y presuntos delincuentes afuera del TSM, que deja un policía herido.
En Zócalo de Saltillo: Frenan ráfagas de metralleta al fútbol mexicano. Aterrorizan narcos estadio del Santos. Miedo, familias con hijos pequeños pecho tierra, aficionados invadiendo el terreno de juego y jugadores huyendo al desastre terrible balacera.
En El Siglo de Torreón: Pánico en el estadio. Balacera afuera del TSM durante el partido Santos - Morelia conmociona a la Laguna.
En el Zócalo de Piedras Negras: Suspenden partido por balacera. Aterrorizan narcos estadio del Santos. El ataque provocó pánico entre miles de aficionados que buscaban dónde refugiarse; los jugadores huyeron a los vestidores.
Al igual que en otras ocasiones, veo que esta nota trasciende a la prensa extranjera. Quizá porque hechos como estos ya no son controlados a nivel local. En el diario El País me encuentro con: "Un tiroteo obliga a suspender un partido de fútbol en México".
Y es que, qué más debiéramos suspender por el número de tiroteos que hoy en nuestro país se viven a diario. Es cosa de todos los días, a todas horas. Estamos viviendo en un territorio casi perdido y en condiciones ya ingobernables, todo por las acciones federales, para el gusto de muchos erradas.
Lo que hoy vivimos son estallidos de coches bomba, granadas lanzadas contra población indefensa, asesinatos a candidatos para gobernador, cosa de cada mes los asesinatos a alcaldes, alerta por otra ola de feminicidos, y ahora, tiroteos en un estadio durante un partido de fútbol.
¿Qué se puede esperar de un gobierno que sostiene y mantiene el argumento de que las medidas y acciones tomadas son las correctas? Nada, ya nada. Nos toca esperar a que termine el sexenio y veamos en qué condiciones deja Felipe Calderón y su absurda guerra perdida contra el narco a nuestro México.